Ramón María del Valle-Inclán

"La marquesa Rosalinda"

PRELUDIO

Ya espera el carro de la farsa

Vuestro permiso en la cancela

Del jardín: Traigo en mi comparsa

A Pierrot y Polichinela.

Soy el poeta que el tablado

Puebla de trucos y babeles:

Para el amor desesperado

Tengo rimas de cascabeles.

Y sollocen otros poetas

Sobre los cuernos de la lira,

Con el ritmo de las piruetas

Yo rimo mi bella mentira.

¡Las rosas nos vengan de Galia!

¡Las nieblas del lado del Rhin!

¡La luz de los mitos, de Italia!

¡Y de Sevilla, un bailarín!

Como en la gaita del galaico

Pastor, de la orilla del Miño,

Salte la gracia del trocaico

Verso, ligero como un niño.

Mezcle sus risas Colombina

A los sollozos de Pierrot,

En una farsa peregrina,

Con un compás de Adriana Angot.

Y la pavana señoril

Mezcle su ritmo, al ritmo joven,

Lleno de gracia pastoril,

Que tuvo el clave de Beethoven.

Para espiar detrás del seto,

La luna, sus cuernos me brinda,

Y he de contaros el secreto

De la Marquesa Rosalinda.

Cuando la tarde azul moría.

Oí un suspiro en la Glorieta,

Dudé al oírlo, si sería

El madrigal de algún poeta.

Punteaba sus cuernos la luna

Sobre la fronda del jardín,

Y al reflejarse en la laguna

Hacía un llamado a Lohengrín.

Acicalaba su plumaje.

Con el pico, el cisne de Leda,

Se abría a las auras el follaje

Como una túnica de seda.

Sobre la onda que gemía

Daba el ocaso su arrebol,

Y el cisne en el pico tenía

La sangre sagrada del sol.

Toda llorosa, blanca y bella,

Pasó la Marquesa: Soñaba,

Y en su falda, como una estrella,

Un gusano de luz temblaba

Por el sendero la vestía

La noche, de niebla y armiños,

Y la luciérnaga seguía

En su falda, haciéndome guiños.

Pasó. Recatada en la blonda

De encaje, era rosa y marfil.

Calcaba por claro en la fronda

La luna, su frágil perfil.

Para espiar detrás del seto,

La luna, sus cuernos me brinda,

Y he de contaros el secreto

De la Marquesa Rosalinda.

Para contarlo, cascabeles

Pondré en el cuello de Pegaso,

Yen mis estrofas los caireles

De una falda de medio paso.

Enlazaré las rosas frescas

Con que se viste el vaudeville

Y las rimas funambulescas

A la manera de Banville.

Y ante el enigma picaresco

Danzará el sátiro lascivo

En el jardín dieciochesco,

Trenzando las patas de chivo.

Olor de rosa y de manzana

Tendrán mis versos a la vez,

Como una farsa cortesana

De Versalles o de Aranjuez...

Cuando en dorados abanicos

Y en esmaltadas tabaqueras,

Gentiles pajes con pellicos

Hacían danzar a las vaqueras.

Con las espumas del champaña

Y la malicia de sus crónicas,

Francia proyecta sobre España

Las grandes narices borbónicas.

Versalles pone sus empaques,

Aranjuez, sus albas rientes,

Y un grotesco de meriñaques.

Don Francisco Goya y Lucientes.

Para espiar detrás del seto,

La luna, sus cuernos me brinda,

Y he de contaros el secreto

De la Marquesa Rosalinda.

La furtiva silueta blonda

Argenta la celeste hoz,

Finge marquesa de la Fronda

Cubierta de polvos de arroz.

Envuelta en el halo quimérico

Que da la luna metafórica,

Arrastra un prestigio esotérico

Como una figura alegórica.

Cruza el jardín con leve pie.

La mano deshoja una flor

Con la gracia de una musmé

Sobre el celaje de un tibor.

El grillo templa el violín,

El sapo preludia en su flauta,

Y en la penumbra del jardín

Interroga el cisne argonauta.

Interroga el cuello de plata

En los rieles de la luna,

Mientras vuela la serenata

Sobre el cristal de la laguna.

¡El Amor corone las liras

De rosas! ¡Cantemos al fuerte

Tejedor de bellas mentiras

Sobre la angustia de la muerte!

Ha dado un golpe el violonchelo,

Caló el monóculo el Marqués,

Los abanicos hacen vuelo,

Se oye el ras de los guardapiés...

Para espiar detrás del seto,

La luna, sus cuernos me brinda,

Y he de contaros el secreto

De la Marquesa Rosalinda.

JORNADA

PRIMERA

DECORACION

DESGRANA EL CLAVICORDIO UNA PAVANA

POR EL VIEJO JARDIN. EL RECORTADO

MIRTO, QUE SE REFLEJA EN LA FONTANA,

TIENE UN MATIZ DE VERDE IDEALIZADO.

SOBRE LA ESCALINATA QUE LAS ROSAS

DECORAN, Y EN EL CLARO DE LA LUNA,

ABRE EL PAVO REAL SUS ORGULLOSAS

PALMAS. ¡UN CUENTO DE LAS MIL Y UNA!

YEL ABATE PANDOLFO, QUE PASEA

BAJO LA FRONDA, EL ENTRECEJO ENARCA

MEDITANDO UN SONETO A GALATEA,

EN LA MANERA SABIA DEL PETRARCA.

AL BORDE DEL CAMINO, SU OCARINA

HACE SONAR EL SAPO VERDINEGRO,

Y CANTA EL RUISEÑOR SU CAVATINA

CON LAS AUDACES FUGAS DE UN ALEGRO.

JORNADA PRIMERA

SE HA DETENIDO AL PIE DE LA CANCELA UN CARRO DE FARSANTES ITALIANOS. COLOMBINA, PIERROT, POLICHINELA ENTRAN BAILANDO ASIDOS DE LAS MANOS.

COLOMBINA

¡Favor!

POLICHINELA

¡Una mazorca!

ARLEQUIN

¡Un sorbo de agua!

PIERROT

¡Una brizna de yerba!

ARLEQUIN

¡Un sangrador!

COLOMBINA

¡Favor! ¡Favor! ¡Favor!

EL ABATE

¡Fuera de estos jardines

Los farandules y las barraganas,

O por mis barbas canas

Que os suelte los mastines!

ARLEQUIN

Si tu enojo permite un silogismo,

He de argüir, que estando rasurado,

El jurar por las barbas es lo mismo,

SeñorAbate, que no haber jurado.

COLOMBINA

Te quedaste perplejo,

Pensando una respuesta conveniente.

No lo niegues, buen viejo,

Porque veo la arruga de tu frente.

ARLEQUIN

Doctor Pandolfo, no te desazones

Ni intentes competir ahora conmigo,

Que recibí de Diógenes liciones

A fuer de ser filósofo y mendigo.

EL Marqués D'Olbray,

Viejo repintado,

Aparece como

Si fuese evocado.

EL MARQUES

¿Qué pide esa caterva,

Señor Pandolfo?

COLOMBINA

¡Pide, por favor,

Una brizna de yerba!

PIERROT

¡Una gota de agua!

ARLEQUIN

¡Un sangrador,

Para el triste jumento

Que nuestra casa por el mundo rueda,

Y harto de no comer, la pata al viento

Echóse en la vereda!

EL ABATE

Con tales voces al jardín entraron,

Que mofa concertada parecía,

Y que era mofa bien lo demostraron,

Arguyendo a mi enojo su osadía.

EL MARQUES

Debisteis darle ayuda en su querella,

Porque al fin esa gente

Va detrás de una estrella,

Como los Reyes Magos del Oriente.

ARLEQUIN

¡Las manos generosas

Permítenos besar!

COLOMBINA

¡Con tus liciones

Se florecen de rosas

Las heridas de nuestros corazones!

EL MARQUES

¿Quién rige la farándula?

ARLEQUIN

Señor,

Esta pobre comparsa

Es quien tiene el honor

De gobernar el Carro de la Farsa.

EL MARQUES

Quede aquí aposentada.

ARLEQUIN

¡Los laureles

Te ciñes de Mecenas!

EL MARQUES

Tu tablado de farsas y babeles

Ahuyentará las cortesanas penas.

SE va el Abate. Un comentario

En rancio latín mosconea,

Y lo glosa en su estradivario

El grillo, músico de aldea.

ARLEQUIN

Tengo una Farsa de la vida mía,

Y es tan regocijada,

Que al componerla, yo también reía,

Y contad que sentía,

De un desengaño, el alma traspasada.

EL MARQUES

¿De qué tierras eres tú?

ARLEQUIN

Según presumo,

De la misma que Adán y los pucheros,

Pero tengo de humo

El alma, y se columpia en los luceros.

Vi la luz en Italia, fuí poeta,

Me engañó mi mujer y vine a España

De comediante. Llevo en mi carreta

Corona de papel, cetro de caña,

Y otra corona seca de laureles,

¡Que aún no he aprendido a despreciar la gloria!

Un cofre viejo, todo de oropeles,

Al que llamo el Osario de la Historia,

Y un haz de cascabeles.

EL MARQUES

¡Lindo haber!

ARLEQUIN

Suficiente

Para poder morir en un camino

Al pie de un roble, el sol sobre mi frente

Y en el ramaje un trino.

EL MARQUES

Alzad en el jardín vuestro tablado.

ARLEQUIN

Entre los mirtos y los pavos reales

Van a tener estrado,

Colombina, tus risas inmortales.

OYOSE un teclodo de risas de plata,

La madama abría su boca escarlata:

Huye de la mano de Polichinela

Al ritmo saltante de una tarantela.

Por entre los mirtos aléjase el coro,

El Marqués levanta su lente de oro...

Sale Doña Estrella, hija del Marqués,

Y la Dueña sale un poco después.

LA DUEÑA

No olvidéis que a la Oración

Hemos de ser en el convento.

DOÑA ESTRELLA

¡Decid mejor en la prisión! LA DUEÑA

No os tardéis.

DOÑA ESTRELLA

Sólo un momento

Para darle la despedida

A mi padre, que filosofa

En un banco de la avenida.

LA DUEÑA

¡Ya se escapó la mariposa!

DOÑA ESTRELLA

¡Vuelvo a la jaula a suspirar,

Padre!

EL MARQUES

¡Mi linda colegiala!

DOÑA ESTRELLA

¡Y voy a morir de pesar

Con la cabeza bajo el ala!

EL MARQUES

¡Presumida! Los desengaños,

El reumatismo, los amores

Nunca matan. Matan los años,

Cuando no matan los doctores.

DOÑA ESTRELLA

Dice mi dueña que al altar

Desde el convento han de llevarme.

¿Pero cuándo voy a jugar

Si me sueltan para casarme?

EL MARQUES

¡Tiempo tendrás!

DOÑA ESTRELLA

¡Pero, señor,

Para jugar hay que ser niña!...

¡Y me encenderé de rubor

Si llevo larga la basquiña!

EL MARQUES

Juega siempre sin el cuidado

A tropezar en el vestido.

Que no te detenga el tocado,

Ni los años, ni tu marido.

Hay abuela que hila su rueca

Y mece un ensueño infantil,

Como si fuese una muñeca

Hecha de tul y de marfil.

LA DUEÑA

¡Doña Estrella, que se hace tarde!

DOÑA ESTRELLA

¡Tu bendición por si me muero,

Padre!

EL MARQUES

¡Qué niña tan cobarde!

¿Viste apagado algún lucero?

LA DUEÑA bate con el pie,

La niña le guiña a la vieja,

Y el Marqués levanta una ceja

Sorbiendo un polvo de rapé.

LA DUEÑA

¡Vamos!... Al toque de oraciones

Cierran las Madres, y hacen preces.

DOÑA ESTRELLA

¡Breves fueron las vacaciones

Esta vez!

LA DUEÑA

¡Igual que otras veces!

DOÑA ESTRELLA

El ruiseñor entre el follaje,

Me dice adiós, un poco triste,

Deseándome buen viaje.

LA DUEÑA

¡Como solíais darle alpiste!

DOÑA ESTRELLA

Suspiran los pavos reales

En la penumbra del jardín,

Y las rosas en los rosales

También me hacen un mohín

Deshojándose con desmayo,

Que es su manera de llorar.

LA DUEÑA

Tal vez piensan para su sayo

En que nadie las va a regar.

DOÑA ESTRELLA

Y el cisne suspira en la onda

Que cubre de oro la tarde.

Y tiene un murmullo la fronda

Para decirme: ¡Dios te guarde!

¡Y llora la fuente de plata,

Como yo, en la angustia otoñal!

¡Y el grillo de la serenata

Toca una marcha funeral!

LA DUEÑA

¡La fuente, los cisnes, el grillo!...

Demasiada complicación

Para mi ciencia.

DOÑA ESTRELLA

¡Y tan sencillo

Como es para el corazón!

LA DUEÑA

Un solfista de catedral

Podría daros del asunto

Una explicación musical

Dentro del punto y contrapunto.

DOÑA ESTRELLA

Todas las voces misteriosas,

Explicadas, dejan de oírse.

Sucede como con las rosas

Que se marchitan al abrirse.

¡Siento en el alma un desconsuelo!

LA DUEÑA

¡Qué tarde vamos a llegar!

DOÑA ESTRELLA

¡Quién fuera pájaro del cielo

Para volar, volar, volar!...

LA DUEÑA

Debíais ser más razonable

Y comprender, señora mía,

Que a vuestra madre no le es dable

Teneros en su compañía.

Crecisteis tan sin reflexión,

Tan de la noche a la mañana,

Doña Estrella, que esun pregón

A la malicia cortesana.

Vuestra madre tiene esa queja,

Porque envejece de repente

Cerca de vos, y ella no es vieja

Ni lo será, seguramente.

DOÑA ESTRELLA

Ahí viene un paje de la Reina.

LA DUEÑA

¡Qué lindo talle! La doncella

Para quien el galán se peina,

Si él es un sol, será una estrella.

CON un ritmo de minué

Asoma un paje. Al aire fresco

Vuela trazando un arabesco

La banda azul de muaré.

Y el viejo Marqués, empolvado,

Filosofa peripatético

Por entre el mirto recortado

De un laberinto geométrico.

EL PAJE

¿Vuelve al convento su mercé?

DOÑA ESTRELLA

Allá me vuelvo, señor paje.

EL PAJE

¿Será mucho rogaros que

Recéis por mí?

DOÑA ESTRELLA

¡Vaya un mensaje!

¿Tan malo es?

EL PAJE

No soy un santo.

Pero al rogaros que recéis,

Más que a salvarme, miro al tanto

De que al rezar me recordéis.

DOÑA ESTRELLA

¿Y si rezo sin devoción,

Y me condeno, y mi alma pierdo?

EL PAJE

Será que en vuestro corazón

Hizo su nido mi recuerdo.

DOÑA ESTRELLA

Lo espantaré.

EL PAJE

¿De qué manera?

DOÑA ESTRELLA

Poniendo a Dios en su lugar.

EL PAJE

¡Ya que sois la Primavera,

Dejad a un pájaro cantar!

Posado en vuestro corazón,

Con las dos alas extendidas,

Dejad que os diga la canción

De todas las cosas nacidas.

LA DUEÑA

¡Doña Estrella! ¡Jesús! ¡Qué afán!

¡Vuestra madre con otra dama!

¡Y la culpa de este galán,

Avecica que pica la rama!

NOTA de silencio. El pavo real

Abre su abanico al sol vesperal.

Al pie del sendero deshoja el rosal

Sus últimas rosas, y es un madrigal

De púrpura y oro la tarde otoñal.

Salen dos madamas. Risas de cristal

Quiebran el silencio del Jardín Real.

ROSALINDA

¡Espérame!

AMARANTA

¡Corre!

ROSALINDA

¡Qué apuro y qué risa!

AMARANTA

¿Pero tú no corres?

ROSALINDA

¡Malhaya la prisa!

Mírame descalza.

AMARANTA

Cálzate, que espero.

ROSALINDA

¡Pero si el chapín quedó en el sendero!

AMARANTA

¡Qué loca! ¿No sabes andar en un pie?

ROSALINDA

Nunca he sido grulla, por eso no sé.

AMARANTA

Siéntate en la orilla.

ROSALINDA

¡Se chafa mi traje!

AMARANTA

Si bajas a saltos, en este paraje,

Cerca de la fuente, hay banco de piedra

Para los desmayos, con dosel de hiedra.

¡Parece dispuesto como un camarín!

ROSALINDA

¡Pero yo no puedo andar sin chapín!

AMARANTA

¿Dónde lo has perdido?

ROSALINDA

No sé dónde fué...

Al venir corriendo, me escapó del pie.

AMARANTA

Te daré la mano.

ROSALINDA

¡Me clavé una espina!

AMARANTA

En llegando al banco la jornada fina.

ROSALINDA baja en un pie,

El viento encrespa sus encajes...

Parece una tórtola que

Se asusta de los homenajes.

ROSALINDA

Penetra la brisa olor de azahares,

Las estrellas hacen juegos malabares

Y la onda armoniosa de los surtidores

Tiembla con el canto de los ruiseñores.

¡Qué lindo paraje para los desmayos

De amor, si no fuesen tanclaros los rayos

Que cala la luna por entre la fronda,

Poniendo rieles de plata en la onda!

¡Para llorar penas, qué lindo retiro!

¡Lo menos tres ecos tiene aquí un suspiro!

AMARANTA

Tres ecos los tiene también en la reja

La risa, el suspiro, el beso y la queja.

ROSALINDA

¡La reja no pasa de ser una jaula!

Los ojos de Eros tuvieron el aula

De amor, en la fronda, cerca de las linfas,

Acechando el baño de diosas y ninfas.

Los pámpanos verdes y la verde poma

Son de los egidos de Grecia y de Roma.

La reja es moruna, sin gracia pagana,

Prefiero a la reja, la clara ventana.

AMARANTA

¡La ventana prende la escala de seda

De Romeo!...

ROSALINDA

¡La fronda se acuerda de Leda

Cuando se estremece! Del pie de alabastro,

Que pisó desnudo, aún conserva el rastro

Sobre sus senderos.

AMARANTA

He de hacer la ronda

Por ver si aun esconde tu chapín la fronda.

ROSALINDA

Queda aquí, Amaranta. Si alguno lo ve,

Hará por rendillo de nuevo a mi pie.

AMARANTA

¿Lo esperas?

ROSALINDA

¡Quién sabe si aquel caballero

Que, al pasar, con plumas nos barrió el sendero,

No halló mi chapín y lo ha recogido!

AMARANTA

¿Quién es el galán?

ROSALINDA

Un desconocido.

AMARANTA

¿No sabes su nombre?

ROSALINDA

Sólo sé el color

De sus ojos, arcos con flechas de amor.

AMARANTA

¡Muy alto las pone el lindo Don Diego!

ROSALINDA

Llenan sus aljabas los haces de fuego

Del sol. Cuando vuelan para mí, los coros

Del viento saludan sus divinos oros.

AMARANTA

Si en celestes forjas les cupo nacer,

Alcanzo que al cielo se quieran volver.

¡Pero no creía tu pecho rendido

A los bellos ojos de un desconocido,

Que ni aun nombre tiene!

ROSALINDA

¡Amor es rapaz,

Y al fruto maduro prefiere el agraz!

AMARANTA

¡Y más si lo vedan cercas!

ROSALINDA

¡Amaranta!

AMARANTA

Yo sé del temblor que encanta y que espanta

Al tender la mano y morder la poma

Que el cercado ajeno por la cerca asoma.

ROSALINDA

Pero ese temblor, que convierte todas

Las citas de amor en noche de bodas,

Sólo nos encanta y espanta y asedia

Si Otelo celoso con su alfanje media.

AMARANTA

¡Cuando tu marido sepa tal mudanza!

ROSALINDA

¡Tal vez la presume!

AMARANTA

¡Qué horror su venganza!

ROSALINDA

Algún epigrama sobre la mujer,

Compuesto con rimas del señor Voltaire.

Y un beso en mi mano, loando mi prendido,

Con una sonrisa para el preferido,

Con otra sonrisa para mi inconstancia,

Y al fin, la pirueta al uso de Francia.

Teólogo de amores, amigo de abates,

Galán en Versalles, paje del Rey Sol,

El Marqués sonríe de los disparates

Y de los maridos del Teatro Español.

EL ABATE, menudo y pizpireto,

Asoma en un camino de laurel.

Cuando daba remate asu soneto,

Halló el chapín para guardarlo en él.

AMARANTA

Nuestro abate Pandolfo se me antoja

Que trae tu chapín.

ROSALINDA

Él verá cómo

Lo devuelve al sendero.

AMARANTA

¿Y si se enoja?

ROSALINDA

Le pasaré la mano por el lomo.

EL ABATE

¡En el jardín las rosas cortesanas

Afrentan a las rosas del jardín!

ROSALINDA

Dejad, Abate, las lisonjas vanas

Y volved al sendero mi chapín.

EL ABATE

Perdóname, señora Rosalinda,

Si al alzarlo del claro de la luna

Orgulloso creí que se lo brinda

Al primer peregrino la fortuna.

ROSALINDA

Para vos la fortuna reservaba

Perderlo luego a semejanza mía.

EL ABATE

Y el corazón por algo maliciaba

Que era el chapín imán de picardía.

FINGE el Abate que se va.

Pero la dama hace un mohín,

Y el Abate otra vez está

Genuflexo con el chapín.

ROSALINDA

Antes dejad que con los dedos pique

En vuestra tabaquera.

EL ABATE

¡Y si os dijere

Que es pólvora encendida!

ROSALINDA

No replique.

EL ABATE

¡ Lo sorbe, lagrimea, tose y muere!

ROSALINDA

¡Qué delicado gusto! Bien se advierte

Que indiano visorrey os le regala.

¡Volviera del letargo de la muerte

La fragancia que exhala!

EL ABATE

¿Tanto le place a vuestra señoría?

ROSALINDA

¡Si os tengo de cambiar la tabaquera!

EL ABATE

¡Extremáis el honor!

ROSALINDA

¡Tened la mía!

EL ABATE

¡Delicada labor de argentería!

ROSALINDA

¡Y la vuestra un prodigio de madera!

EL ABATE

Sabiendo los ayunos de la ciencia,

A las pálidas musas de un abate

Queréis honrar. Vuestra munificencia

Es de tal suerte, que mi orgullo abate.

ROSALINDA

¡Basta!... ¡Basta!...Dejad en el sendero

Mi chapín.

EL ABATE

En el claro de la luna

Para que pueda hallarlo el caballero

A quien se lo depara la fortuna.

Y si al veros cegó, de lazarillo

He de darle la mano. ¿Sus señales?

ROSALINDA

Plumas en el sombrero, gran cintillo

Y la capa de grana.

EL ABATE

Son cabales.

Lo tropecé no ha mucho. Me parece

Que en barro vil pusisteis los amores.

ROSALINDA

Cuando se ama, todo se ennoblece.

Bajo el chapín, el barro dará flores.

¿Guardaréis el secreto?

EL ABATE

De una dama

Enamorada he sido secretario,

Y le escribí las cartas. Murió en fama

De santa, y era todo lo contrario.

HACE el Abate la pirueta,

Devuelve el chapín al camino...

Y la luna devana el lino

Argentino de la Comedieta.

ROSALINDA

Verás cómo no deja en el sendero

Mi chapín.

AMARANTA

Si es discreto confidente,

Procurará entregarlo al caballero

Para quien se ha perdido casualmente.

ROSALINDA

¿Y quién será el galán?

AMARANTA

¡Temo un desbarro!

ROSALINDA

¿Por qué?

AMARANTA

Por lo que quiso nuestro Abate

Indicar al decir que era de barro.

ROSALINDA

¡Me desmayo si hice un disparate!

VIENE a lo lejos un caballero:

El viento riza sus gayas plumas,

Y la chorrera, que finge espumas,

Y la lazada del coletero.

Con petulanciamuestra el chapín

En una mano toda brillante

De falsas joyas. La otra, en el guante,

Se ciñe al puño del espadín.

Tiene el empaque del perulero,

Del currutaco la pantorrilla,

Los ojos negros, en donde brilla

La mofa astuta del condotiero.

Del estudiante vistió la loba,

Lució en tablados su ingenio ático,

Y en un castillo del Adriático

Estuvo preso con Casanova.

AMARANTA

Tu enamorado desconocido

Llega.

ROSALINDA

¡Qué apuesto!

AMARANTA

No hagas extremos.

ROSALINDA

¡Duda!

AMARANTA

No mires.

ROSALINDA

¡Se ha decidido!

Háblame ahora. Disimulemos.

ARLEQUIN

¿Las blancas manos tejen guirnalda

A la bicorne frente de Pan?

¡Graciosas ninfas, que lleváis falda

Por el decreto de un chambelán!

ROSALINDA

Si ahora nos cubren blondas y sedas,

No lo mandaron los chambelanes...

Pero aquí llevan en las olmedas

Hoja de parra los ejipanes.

ARLEQUIN

Un pie descalzo pienso que asoma

De tu vestido bajo el cairel.

¡Lindo trasunto de la paloma

Que picotea junto al vergel!

Un pie que dice cuál fué la bella

Que en el sendero perdió un chapín.

ROSALINDA

¿Vos lo encontrasteis?

ARLEQUIN

Quiso mi estrella

Que lo encontrase bajo un jazmín.

ROSALINDA

¡Dádmelo!

ARLEQUIN

Espero la gracia de

Ser tu azafata.

ROSALINDA

¡No estáis cabal!

ARLEQUIN

Linda señora, dame tu pie,

Por que le vuelva su pedestal.

¡Sacadle al aire!

ROSALINDA

¡Temo el relente!

ARLEQUIN

¡Sed compasiva!

ROSALINDA

¡Qué pedigüeño!

No sé negaros...

ARLEQUIN

Me pongo el lente.

ROSALINDA

¿Pues no lo veis?

ARLEQUIN

¡Si es tan pequeño!

EL monocorde violín

Del grillo, ensaya un aire antiguo,

Y la madama hace un mohín

Lindo gracioso, un poco ambiguo.

Alza la falda, asoma el pie,

Se presiente la pantorrilla.

Con un paso de minué

El caballero se arrodilla.

Canta en la espuma de las blondas

La mítica sirena dórica.

Naufraga una mano en las ondas...

¡Es la moral de la retórica!

ARLEQUIN

¡Inmaculado como una estrella,

Maravilloso pie de ilusión,

Cuando caminas dejas tu huella

En los senderos del corazón!

¡Pie que sostiene las triunfales

Gracias de Venus, como un Atlante!...

ROSALINDA

¡Oh!... Deteneos en los umbrales

Y no paséis más adelante.

ARLEQUIN

¡Sobre esta puerta de mis destinos

Deja a los labios poner sus sellos!

¡Si tus pies bajan a los caminos,

Podrá la tierra llegar a ellos!

ROSALINDA

¡Galante ingenio!

AMARANTA

¡Como de Francia

Y de la Corte del Rey Luis!

Corte en jardines, que su fragancia

De amor, envía sobre París.

ARLEQUIN

Soy de Bergamo, viví en Venecia,

Pero años hace vuelo a placer.

París me ha dado lo que más precia:

¡Deudas, maestros, y una mujer!

ROSALINDA

¿Y la dejasteis abandonada?

ARLEQUIN

Lleva coraza bajo el corpiño,

Y no la quiebra con su lanzada

Amor, que tiene brazo de niño.

A vuestra España, devota y vieja,

Para mi ensueño pido fortuna,

Y cuchilladas ante la reja

Y serenatas bajo la luna.

ROSALINDA

Pensad que es tierra muy cristiana,

Donde las viejas hacen la cruz

Cuando galana capa de grana,

Rozando el muro, pasa al trasluz.

AMARANTA

Aquíno danzan amores griegos

En los jardines, bajo los lauros.

ROSALINDA

Aquí las ninfas no hacen sus juegos

De cabalgadas en los centauros.

AMARANTA

Aquí no vuelan, tras los ramajes,

Furtivos besos del Trianón.

ROSALINDA

Con los ramajes de los boscajes

Aquí hace hogueras la Inquisición.

ARLEQUIN

¡Señoras mías, cómo creeros,

Si en vuestros labios tenéis abejas

Griegas, y esconde sus flechas Eros

Entre los nardos de vuestras rejas!

Si sois las musas de los rondeles

Y en las lazadas de vuestros talles,

Portáis las rosas de los laureles

Griegos, Latinos y de Versalles.

Rosas de sabias literaturas

Con que Madama de Montespan,

En las floridas arquitecturas

Que alzó Le Notre, coronó a Pan.

Las bocas rojas, los senos frescos,

Cantan en versos de pies latinos

Viejos abates madrigalescos,

A un tiempo doctos y libertinos.

Y si meriendan bajo la viña.

Lindas marquesas y rubios pajes,

Eros preside la alegre riña

Que suelta lazos y arruga encajes.

Allí las bocas que abren el celo,

Muerden, riendo, la verde poma,

Con los lunares de terciopelo

Sobre los labios, puestos con goma.

Reina en los parques Hermes Bifronte,

Venus y Adonis fingen combates

Y el viejo vino de Anacreonte

Mancha la chupa de los abates.

Tienen cristales las fuentes áridas

Cuando Diana caza en la fronda,

Se oye el enjambre de las cantáridas

Cuando ella pasa, desnuda y blonda.

ROSALINDA

Ni a Diana vimos en la floresta,

Ni a Pan buscamos bajo la parra.

Por estos pagos para hacer fiesta

Basta el rasgueo de la guitarra.

ARLEQUIN

A los divinos monstruos paganos,

Boca divina, no hagas la mueca.

Tus bailarines y mis silvanos

Verás que cubre la misma clueca.

ROSALINDA

¡Cegaré antes!

ARLEQUIN

Si en tus jardines,

Y en el misterio de la arboleda,

Pierdes un día con los chapines

Velos y encajes...

ROSALINDA

¡Toca la queda!

El fin del cuento sabré mañana.

ARLEQUIN

¡Hasta mañana, señora mía,

Gruta de amores, rosa sultana,

Panal de mieles y de poesía!

ROSALINDA

¡Hasta mañana junto a la fuente!

ARLEQUIN

¿Tendréis palabra?

ROSALINDA

No faltéis vos.

ARLEQUIN

¡Antes faltara luz al Oriente!

ROSALINDA

¡Adiós, hidalgo!

ARLEQUIN

¡Damas, adiós!

SURGE Colombina

Como una muñeca,

Toda vana y hueca

Pintada de harina.

COLOMBINA

¡Ingrato! Falso! ¡Engañador!

¡Todo lo oí!

¡Voy a morirme de dolor!

¡No te rías! ¡Yo soy así!

ARLEQUIN

¿Por qué te escondes en la fronda?

COLOMBINA

¿Por qué me engañas?

¿Cómo quieres que no me esconda,

Arlequín, cuando sé tus mañas?

¡Señor!... ¡Señor!... ¡Que haya burlado

Con tanto arte,

A Pierrot, por este malvado!

ARLEQUIN

Eso se dice en un aparte.

COLOMBINA

¡Tu ironía me vuelve loca!

¡Ya no me quieres!

ARLEQUIN

El corazón no está en la boca.

COLOMBINA

¡Qué sabio eres!

ARLEQUIN

Por esta vez no te engañado.

COLOMBINA

¡Válgate Dios!

¿Qué más podía haber pasado

Si las madamas eran dos?

ARLEQUIN

¡Cuando todos mis oropeles

De comediante,

Cadenas, plumas y arambeles,

Bailotean dentro de un guante!

¡Cuando no tienes, alma mía,

Colorete!

¡Ni zagalejoque no ría

Por el garabato de un siete!...

¡Y te arrebolas con las gramas

Que ofrece el prado,

Para salir a hacer las damas,

De la comedia, en el tablado!

¡Cuando Pierrot no tiene harina

Para la cara,

No hagas locuras, Colombina,

Colombina, la vida es cara!

Si por amores cortesanos

Logro medrar,

De mi gloria a nuestros hermanos

Un reflejo le ha de alcanzar.

¡Si tomo esclavo un corazón,

Os haré parte en el botín!

COLOMBINA

¡Reniego de tal protección,

Arlequín!

ARLEQUIN

Al otorgarme Rosalinda

Favor y amor,

De su dulce boca de guinda

Os ha de llegar el sabor.

Y así, dulce prenda, procura

No darme guerra,

Que el castillo de mi ventura

Tus suspiros lo echan por tierra.

COLOMBINA

¡La madama se ha de acordar

De Colombina!

ARLEQUIN

¡Llora bajo si has de llorar!

COLOMBINA

¡Tanto cinismo me asesina!

ARLEQUIN

Mientras le das un recosido

A mi jubón y a tu careta,

La golondrina cuelgue el nido

En la carreta.

Hagamos alto en los vergeles

De Aranjuez,

Y deshojemos los laureles

De la gloria, por una vez.

¡Tendrás marqueses palaciegos

Por amantes!

¡Verán en su noche los ciegos

Con las luces de tus diamantes!

Deja en reposo, Colombina,

Yacer el carro.

Colguemos nuestra bambalina,

Herencia de Pedro Naharro,

En estos jardines fragantes

Y floridos.

Seamos a un tiempo comediantes

De Reyes, de cisnes y nidos.

Yo haré que cambie nuestra suerte.

COLOMBINA

¡Calla, Arlequín!

Que tus palabras dan la muerte

Igual que un áspid de jardín.

TRAGICO, a fuer de ser grotesco,

Sale Pierrot haciendo zumba.

En su rostro carnavalesco

Hay una mueca de ultratumba.

PIERROT

¡Arlequín! ¡Arlequín!

ARLEQUIN

¿Qué pasa?

PIERROT

¡Lo que pasa es extraordinario!

¡La desgracia entró en nuestra casa!

¡Según dice el veterinario,

El caballo tiene un torzón!

ARLEQUIN

¡Ve, Colombina, a cuidar de él!

COLOMBINA

¡En más estimo mi opinión!

PIERROT

¡Colombina, no seas cruel!

COLOMBINA

¡No insistáis vos, señor marido!

PIERROT

¡Quién tirará de la galera!

COLOMBINA

Tened presente que he nacido

Comedianta, y no curandera.

ARLEQUIN

Oye el relincho lastimero

Que estremece el jardín real.

PIERROT

Parece el fuelle de un herrero

Sentimental.

COLOMBINA

¡Ya se me ablanda el corazón!

¡Ay, Arlequín!

Tú merecías el torzón

En lugar del triste rocín,

Matalón.

¡Ingrato! ¡Bergante! ¡Ruín!

¡Hipócrita! ¡Falso! ¡Felón!

COLOMBINA se infla como una tarasca;

Arlequín le guiña que guarde al marido.

Pierrot, contemplando la luna, se rasca

En la frente. El sapo modula un silbido.

PIERROT

Oye, Arlequín, una palabra

Dicha a la oreja. Acudo a ti

Por que tu bolsa se me abra.

ARLEQUIN

No tengo ni un maravedí!

PIERROT

¡Abre la bolsa, hermano mío!

ARLEQUIN

No puede ser.

PIERROT

Pues tendremos un desafío

Por mi mujer.

SE va Pierrot bamboleante,

Y bajo la luna espectral,

Toma un relieve alucinante

Su cara cubierta de cal.

ARLEQUIN

¡Vayan los dos en paz! Ahora medita,

Arlequín, con los cisnes y las flores,

E interroga a la blanca margarita,

Que sabe el porvenir de los amores.

¿Qué pájaro me canta

Enel pecho encondido?

¿Con qué alas azules se levanta,

Para volar, mi corazón herido?

¡Luna blanca! ¡Divina curandera!

¡Le vendaste con nieblas de un ensueño,

Dejándole el temblor y la quimera

De un imposible empeño!

¡Oh, luna de poetas y de orates,

Por tu estela argentina

Mi alma peregrina

Con un ansia ideal de disparates!

Dentro de mí, como lejano coro,

Reviven las memorias

De alegres días, de entrañables glorias.

¡Mañanas perfumadas! ¡Tardes de oro!

Vuelvo a sentir aquel temblor que era

Vaticinio de amores,

Cuando el cortejo de la Primavera

Iba en mi alma deshojando flores.

¡Luna que das ensueño a los jardines,

Que pones alas en los corazones

Y en las cimas azules, oraciones

Y en las ondas azules, violines!

¿Quién el poder a descubrir acierta

De tu cara de plata,

De tus ojos de muerta

Y de tu nariz chata?

¡Tú de los cisnes vagos

Conduces los divinos

Sueños, sobre los lagos!

¡Tú devanas los linos

Del celeste linar,

Por todos los caminos

Del desierto y del mar!

¡Bajo el influjo de tus conjunciones

Amor suspira y canta,

Y la onda de los mares se levanta

Como la onda de los corazones!...

¡Alondra de oro en los celestes prados!

Cabalística flor de los secretos

De azul y de rocío perfumados!

¡Hilandera divina de sonetos!

El barro de mi alma se aureola

Con tu luz enigmática,

Y te saluda con la cabriola

De una bruja sabática:

Luna que de soñar guardas las huellas,

Cabalística luna de marfil

Tú escribes en lo azul moviendo estrellas:

¡Nihil!

LA luna, enmascarada en el follaje,

Saca un ojo mirando al comediante,

Como la dueña que seduce al paje

Y deja ver un cuarto de semblante.

JORNADA

SEGVNDA

DECORACION

EN EL JARDIN METRICO DE MIRTO Y CIPRES

CON CISNES Y ROSAS. LA DECORACION

CLASICA, DEL SIGLO DIECIOCHO FRANCES

QUE AMABA LA CORTE DEL PRIMER BORBON.

CON JUEGOS Y RISAS SE ALEGRA EL JARDIN.

LAS MENINAS CORREN TRAS EL BULULÚ

QUE ENTRE SUS JOROBAS BOTA DANZARIN,

Y EL SAPO MODULA SU HEPATICA U.

CALA LOS FOLLAJES UN RAYO DE SOL.

TRENZA LUMINOSO RIZO DE CRISTAL

LA FUENTE. NEPTUNO, LA BARBA FLUVIAL

Y LIMOSA COMBA BAJO EL CARACOL.

JORNADA SEGVNDA

TRAVIESAS MENINAS DEL CORTEJO REAL, CON POLICHINELA TEJEN UN DANCIL. PROMUEVEN LAS RISAS BABEL DE CRISTAL, SUENA LA JOROBA COMO UN TAMBORIL.

POLICHINELA

¡Tan! ¡Tan! ¡Tan!

¡En mi joroba todos dan!

¡Da el Galán,

Que rasca la pulla que dice el criado!

¡Y el rufián!

Emperador de la moza y del dado!

¡Y el truhán,

Que sacó la copla de Don Coronado!

¡Y el Capitán,

Con medio rostro acuchillado,

Que suena la espuela y va plumeado!

¡Tan! ¡Tan! ¡Tan!

Unos vienen y otros van.

La tabernera

Con su pichel,

La bolichera

Con su furriel,

De par las coimas con los sargentos,

Y Celestina Trotaconventos

Con alférez venido de Italia,

Que alcanzó una flecha de Galia.

¡Tan! ¡Tan! ¡Tan!

En mi joroba todos dan.

BAILAN las meninas haciendo monadas,

Mucho ruedoel halda, mucho colorete,

Mucho lazo al viento... Las bocas pintadas

De las tres meninas, ríen en falsete.

SILVIA

¡Señor Polichinela,

Tenga un recado!

POLICHINELA

Del tiempo de mi abuela

No oigo de un lado.

DOROTEA

Dejad que en vuestra loma

Ponga una vela.

POLICHINELA

No es reliquia de Roma

Polichinela.

URGANDA

¡Señor Polichinela,

Que tú me pierdes!

POLICHINELA

No cuece mi cazuela

Tus habas verdes.

ASOMA la Dueña

Seguida del Paje.

Él hace una seña;

La Dueña, un visaje.

LA DUEÑA

A mí me dejarás, Polichinela,

Que toque tu eminencia.

POLICHINELA

¡A los cien años antojó mi abuela!

LA DUEÑA

¡Jesús, qué impertinencia!

POLICHINELA

Entre mis dos jorobas vuela la humanidad:

La del pecho es locura, la de atrás necedad.

EL PAJE

Pide la cortesía que ofrezcas tu pomposa

Espalda, como ofrece un galán una rosa.

POLICHINELA

Ahora estaba en la carreta

Soñando que era derecho,

Cuando descubro en acecho

Tras de la galga, a un bayeta.

Y tras él una tapada,

Y una dueña y un mostense,

Y Maritornes, preñada

Del bayeta complutense.

Y un Don Diego presumido,

Y un capitán jurador,

Y un cornudo consentido,

Y una moza de partido

Que hizo feria del honor.

Y un petimetre almizclado

Y un abate excolmugado

Revolante el vericú,

Entre dos encomenderos

Peruleros,

Más dulces que el alajú,

que pretenden marquesados

Con ducados

Del Perú.

Y fulleros despechados,

Y escuderos sin escudos,

Y caballeros desnudos

Con los escudos pintados.

¡Tan! ¡Tan! ¡Tan!

En mi joroba todos dan.

¡Tan! ¡Tan! ¡Tan!

Y aunque mis iras provoque

Tanta soba,

No hay bodoque

Que no toque

Mi joroba.

SILVIA

La joroba he de tocarte.

POLICHINELA

Busca a otro de mi arte

Que hogaño se descompuso.

URGANDA

Tu bambolla

No se gasta con el uso

Ni se abolla.

COMO un Sileno viejo que sólo anhela

Debajo de las viñas dormir la siesta,

Corre por los jardines Polichinela,

Entre las dos jorobas con que hizo fiesta.

POLICHINELA

Dais de suerte que semeja

La puerta de los perdones.

No son tantas a una reja

Las canciones.

Aunque fuese el Himalaya,

Aunque fuese el Chimborazo,

No mereciera tal vaya

Y tanto porrazo.

LAS TRES MENINAS

Como en la rosa la avispa golosa,

Como la avispa golosa en la rosa,

Daremos en ella,

Por que se torne venturosa

Nuestra estrella.

¡Como en la rosa la avispa golosa!

VUELAN las meninas por entre el follaje,

Deshojando rosas con el guarda piés,

Y la Dueña habla con remilgo al Paje.

La Dueña es la rancia dueña de entremés.

LA DUEÑA

¿Habéis visto el tablado

Del señor Arlequín,

Y entre mirtos y rosas, el estrado

Para la Reina? Rojo baldaquín

De seda valenciana le da sombra,

Y esparcido laurel, fragante alfombra.

EL PAJE

La Princesa Amarilis este día

Brinda a la Corte con la diversión

De una Farsa Italiana.

LA DUEÑA

Prefería

Las comedias de antaño, que escribía

Don Pedro Calderón.

EL PAJE

El Auto Teológico, os confieso

Que era algo oscuro para mi caletre.

LA DUEÑA

Vos, señor Paje. soisun petimetre

Que en ser pulido pone todo el seso.

EL PAJE

En obligaros...

LA DUEÑA

Más ladinamente

Cubiletero en tablas no mintiera.

¡Ay! ¡Cuando pose el sol en vuestra frente!

Porque seré vuestra casamentera.

EL PAJE

Si conseguir no logro a Doña Estrella,

Haced al menos que mi pesadumbre

Viva envuelta en la lumbre de su huella,

Prisionero de Amor bajo su lumbre.

LA DUEÑA

¿Tanto y tan bien la amáis?

EL PAJE

¡Tan bien y tanto,

Que a mi deseo se le antoja poco

Como si fuese Dios!

LA DUEÑA

¡Pero estáis loco!

¡Es pecado un amor tan a lo santo!

EL PAJE

¡Mi amor ya conocéis!

LA DUEÑA

Casamentera

He de hacerme por él.

EL PAJE

Tal se me brinda

Vuestro dueñil recato, que os pidiera

Verme con la marquesa Rosalinda.

Siempre que os fuere dable, con discreto

Sigilo, concertar

Que a solas y en secreto

Pudiéramos hablar.

LA DUEÑA

Crisóstomo ha de ser quien os la rinda

Menos adusta, porque la Marquesa

La zarpa mueve contra vuestra empresa

De hacerla suegra, siendo rosa linda.

EL PAJE

Menos adusta fuera, si mis labios

Pudiesen darle cuenta de la trama

Que tejen contra ella los agravios

Del Marqués.

LA DUEÑA

¿Y por qué?

EL PAJE

Porque la dama

Sus favores otorga a un comediante,

Y el marido, celoso intermitente,

No quiere a un comediante por amante

De su mujer.

LA DUEÑA

¿Os hizo confidente?

EL PAJE

Confidente me hicieron el acaso,

La fronda y el retiro del jardín.

LA DUEÑA

¿Contad?

EL PAJE

Era una tarde en el ocaso

Y cruzó una tapada, lindo el paso,

Con luces las hebillas del chapín.

Luego vienen las plumas de un payaso

Italiano, que dicen Arlequín.

Después un rufián que oye escondido,

Y después, en el punto que se van,

El esposo ofendido,

Que da un doblón de oro al rufián.

LA DUEÑA

¿Y le habéis conocido?

EL PAJE

¡El Chambelán!

LA DUEÑA

¡Por Dios que es lindo cuento!

EL PAJE

Por Dios, señora Dueña, que son veras.

Para la dama abierto está el convento

Y para el comediante las galeras.

LA DUEÑA

Toda esa historia del espionaje

Conoce mi señora como vos,

Y al contársela un día, señor Paje,

Tanta risa fué, que le dió tos.

BAJO el verde palio cruza una madama,

Y el cisne en la onda suspira de amor,

Y el pájaro dice su trino en la rama,

Y el viento en la senda deshoja una flor.

EL PAJE

¡La brisa canta y el jardín se aroma!

LA DUEÑA

¡Mi señora que viene!

EL PAJE

Yo me alejo.

En vuestras manos mi ventura dejo.

LA DUEÑA

Os he de dar por suegra una paloma.

LA linda Marquesa con su meriñaque

Parece una rosa vuelta boca abajo,

La linda Marquesa que junta al empaque

Del jardín de Francia, el desgaire majo.

ROSALINDA

¿Habéisllevado, Aldonza, las dos velas

A las madres Descalzas?

LA DUEÑA

Sí, señora.

ROSALINDA

¿Os entregó la Madre superiora

Una oración para el dolor de muelas?

LA DUEÑA

Sí, señora. Y la Madre Prudenciana

Una orza con jalea de ciruelas,

Y otra orza con jalea de manzana.

Y dijo vuestra hija Doña Estrella,

Y muy recomendado,

Que la décima aquella

Para la cerrazón en despoblado,

Y el responsorio contra los ladrones,

Todo estaría copiado

Mañana, porque son muchos renglones.

ROSALINDA

¡Basta! ¡Basta! ¡Jesús, qué jeringonza!

Llevad este billete. En el jardín

Encontraréis, Aldonza,

Al señor Arlequín.

RESUENA la alegre risa de Amaranta

Entre el verde mirto. Como una amapola

Ríe, ríe, ríe. ¡Oh, linda garganta

Que anuncia los días de la Carmañola!

AMARANTA

¡Marquesa Rosalinda, hay dos círculos rojos,

De amor o de dolor, en torno de tus ojos!

ROSALINDA

Me lavaré en la fuente, para que no los vea

Mi galán. He llorado, y eso me pone fea.

AMARANTA

Si amor te hace llorar no le hagas acogida,

Porque amor ha de ser primavera florida.

ROSALINDA

Mi amor corta sus flechas por huertos de rosales,

Y cuando vuelan, cantan alondras matinales.

AMARANTA

¿Tus lágrimas entonces, qué las motiva?

ROSALINDA

Pues

Los celos que esta luna le entraron al Marqués.

Pretende que me vista con saya de estameña,

Y que me ponga tocas y espejuelos de dueña,

Y que rece trisagios y suspire con flato.

AMARANTA

¡Pero se ha vuelto loco!

ROSALINDA

¡Siempre fué un mentecato!

AMARANTA

Recuerdo que otro tiempo le vendabas los ojos.

ROSALINDA

¡Nunca! Pero él sabía respetar mis antojos.

Se constipaba entrando en mis habitaciones,

Sonaba en la tarima la caña y los tacones,

Me besaba la mano... ¡Mirándose al espejo

Todo lo comprendía! Y al encontrarse viejo,

Me hablaba en su gabacho, llamándome de vos.

AMARANTA

¡Se ha visto al gentilhombre en el golpe de tos!

¡Bien dicen que Versalles de Francia sabe hacer

Cortesano al marido, si es linda la mujer!

ROSALINDA

Pues de un brinco ha pasado con su borla de estoico

Doctorado en Versalles, a castellano heroico.

¡Por mí, jamás temblara de su venganza!... Pero

Tiemblo al puñal, que puede comprarse con dinero

Para llevar la muerte a quien me da la vida!

AMARANTA

¿Tú sabes?

ROSALINDA

Sé que anda la traición escondida,

AMARANTA

Mientras tú no peligras, buena va la traición,

Y el Santísimo Padre mejore la ocasión.

ROSALINDA

Si el corazón que adoro pasan traidores filos,

Has de ver de mi pecho manar la sangre a hilos.

Me apagaré al suspiro de Arlequín, como luz

Que apaga misterioso viento, al pie de una cruz.

¡El mismo golpe puede pasar dos corazones

Si en el pecho del uno tiene el otro prisiones!

AMARANTA

No dejes que se vaya el corazón de tuna.

Más que alrayo de sol teme al claro de luna.

ROSALINDA

Con un vuelo y un canto se remontó de mí.

No recuerdo si fué que le presté o le dí.

AMARANTA

¿Y no has vuelto a sentirle?

ROSALINDA

A veces un momento...

Pero es cuando Arlequín me abraza en pensamiento.

AMARANTA

¡Jesús!... ¡Jesús!... ¡Jesús!... ¡Deja que me santigüe!

¡Que le tengas en prenda y Arlequín lo atestigüe!

¿Te lo mima siquiera? ¿Lo salta en las rodillas?

¿Lo lleva galopando a las Siete Cabrillas?

¿Te lo canta, y lo mece con balancín de cuna?

¿Cuando llora, de un hilo le hace bailar la luna?

ROSALINDA

Lo lleva por los prados a cazar mariposas,

Y lo explica el divino misterio de las rosas

Y las aves. Le canta la canción de los pinos,

Aprendida en el tiempo que iba por los caminos:

¡Cuando en tardes calinas, embriagado de azul,

Se tornaban doradas cúpulas de Estambul,

Los viejos palomares, con palomos zahareños,

Las torres derruídas, con nidos de cigüeños!

¡Cuando encantó las penas de su vivir errante,

El carro, con su lento vaivén alucinante.

Y el clarín de los gallos y el volar de las hadas

Oía en el dormido corral de las posadas,

Descubriendo el arcano secreto de las cosas

Que parecen vulgares y son maravillosas!

AMARANTA

¡Vuelve en ti! ¿Con qué ensalmo podrás hacer coraza

Seguro de la vida que el puñal amenaza?

¿No te ocurrió pedirle a armero de Milán

Una cotilla para defensa del galán?

ROSALINDA

¡Espero que me rapte!

AMARANTA

¿Y el señor Arlequín

Qué hace?

ROSALINDA

Lo medita sin decidirse al fin.

A mi ruego responde que el caballo cojea

Y que nos prenderían en la primera aldea.

AMARANTA

¡Raptada una Marquesa en carro de farsantes!

¡Saldrás en las historias para ejemplo de amantes!

Ciegos y bululúes cantarán tu rabona

En romances de jácara y en coplas de chacona.

ROSALINDA

Fué en Grecia donde un día, oyendo a las cigarras

Entre espigas de oro y bajo verdes parras,

Cantar, cantaba un ciego con ritmos soberano,

El divino romance de Elena y del Troyano.

¡Deja que mi alma vuele como una mariposa

Que saliese del húmedo socavón de una fosa!

Mi alma, que de vieja se moría, Amaranta,

Y que en dos leves alas ahora se levanta,

Entregándose al soplo matinal de las brisas,

Perfumadas de nardos y musical de risas.

Deja que se columpie en el rayo de luna,

Y en el rayo de sol, y sobre la laguna,

Y en todos los ramajes que dan sombra al jardín,

Y en la capa y en los plumajes de Arlequín.

AMARANTA

Marquesa Rosalinda, que le hurtas al bufete

De Colombina, el naipe pringado en colorete.

Qué meriendas tan ricas, de pan y de cebolla,

Harás conla Farándula, si el carro no se atolla

En medio de una senda.

ROSALINDA

No te pongas prosaica.

Cuando cruzó el desierto con hambre y sed, la hebraica

Tribu, la luna ahilaba en la noche serena,

Benéfico maná sobre la ardiente arena.

AMARANTA

¿Y esperas que del Cielo te llegue la merienda

En el pico de una paloma de leyenda?

ROSALINDA

Amaranta burlona, si la estrella de amor

Nos alumbra la senda, un divino sabor

De miel, encontraremos en la hogaza centena

Que parta el mesonero al servirnos la cena.

AMARANTA

¡Cómo devana rayas de sol tu fantasía!

Debes probar a darte un baño de agua fría.

ROSALINDA

Fuentes, mares y ríos no calman mis afanes.

En las azules minas estallan los volcanes.

AMARANTA

Bien hace tu marido queriéndote llevar

A un convento.

ROSALINDA

¡Abrenuncio!

AMARANTA

¡Estás loca de atar!

Y he de hacerte un sermón de padre capuchino.

ROSALINDA

Deja girar al viento las aspas del molino.

SACANDO la blanca peluca rizada,

Tras el recortado seto de ciprés,

Saluda el Abate con risa cascada,

Empinado en la punta de los pies.

EL ABATE

¡En el jardín las rosas cortesanas

Afrentan a las rosas!...

ROSALINDA

Caro Abate,

Sé vuestro madrigal. Por las mañanas

Al entrarle a la Reina el chocolate.

Un loro lo repite en sus ventanas.

AMARANTA

¡Yo sé un secreto, Abate!

EL ABATE

Mi señora,

Tal se miente en la Corte, que me engolfo

En dudas, y no atino lo que ahora

Vela vuestra alusión.

AMARANTA

Señor Pandolfo,

Dicen que la señora Colombina

Con vos aprende a traducir a Ovidio.

EL ABATE

¡Calumnias de una lengua viperina!

¡Veneno de un ofidio!

ROSALINDA

Y dicen que en la parla soberana

De Ovidio y Accio Plauto

Habéis compuesto un Auto

En donde sale de deidad pagana.

AMARANTA

¿Sale de Venus?

EL ABATE

¡Oh!... La pecadora

Péñola mía, endulza la manzana.

AMARANTA

¿Sale vestida?

EL ABATE

¡Como una señora!

Sale de cazadora,

Con el arco y los perros de Diana.

ROSALINDA

Conozco, caro Abate, el atavío.

¡No lleva un alfiler!

EL ABATE

¡No es traje, mi señora, para el frío!

ROSALINDA

Ni largo de coser.

AMARANTA

¿Hicisteis del papel cumplido ensayo?

EL ABATE

Un ensayo sin todo, aún no, señora.

ROSALINDA

¿La luna, con qué mes concuerda ahora?

AMARANTA

¿Por qué lo dices?

ROSALINDA

Porque aún dura el Mayo.

EL ABATE

El hilo de cristal

De la graciosa chanza

Lleváis como una danza

Por el Jardín Real.

Vuestro ingenio lozano

Vence al de Juvenal,

Y al del bilbilitano

Marcial.

POR una alameda llegan dos galanes,

Largas las espadas, anchos los sombreros:

Vienen pregonando que son rufianes

De los que se alquilan en los merenderos.

REPARADO

Te enseñaré una treta de la espada.

JUANCO

¿Tú de quién la aprendiste?

REPARADO

De don Gil.

Se tira sobre el quite con puntada

De arresto, y por los grados del perfil. JUANCO

¡Toda la geometría es embeleco!

Has de meter la mano con presteza,

Has de rajar de un tajo la cabeza,

Y da el vaya a los libros de Pacheco.

Harto sabes, amigo Reparado,

Que adondequiera que llegué reñí,

Y si alguno contó que me ha matado.

REPARADO

Si alguno lo contó no lo creí.

ROSALINDA

Vámonos, Amaranta, que no puedo

Resistir a los bravos.

AMARANTA

Yo tampoco,

ROSALINDA

Amaranta, temblando estoy de miedo,

Como tiemblan los niños con el coco.

EL ABATE

Esos son dos sargentos que en Farsalia

Pelearon con César.

ROSALINDA

¡Ya se advierte!

EL ABATE

Ahora llegan de Italia,

Y hacen tablajería de la muerte.

ROSALINDA

El corazón me anuncia que en mi daño

Vienen a interponerse esas espadas.

¡Hay quien compra puñales este hogaño

Y quien da con estoque puñaladas!

AMARANTA

De espadas y puñales en acecho,

Has de reír, estando prevenida.

ROSALINDA

¡El borbotón que mana de la herida

Ya lo siento en el pecho!

Averiguad milagros de la audacia

De esos dos rufianes, caro Abate.

Luego buscadme.

EL ABATE

Aquí la diplomacia

Para entrarles los dedos al gaznate.

CRUZAN las damas la arboleda,

Los lindos rostros asustados,

Temblante la falda de seda

Prendida en los dedos rosados.

REPARADO

Ni en Italia ni en Flandes he topado

Treta mejor que la de usar broquel

Con trampa en el crucero del armado,

Tal que entrando a quitar, hagas con él,

Y al otro se lo dejes ensartado.

Iba lo más notorio de la espada

Cuando a Italia pasé con mi bandera,

Y fué por aquel cónclave estudiada

La treta, y de un Alférez de Galera,

Que en mares de Turquía es hoy corsario,

En Palermo aprendí un extraordinario

Golpe. Al cruzar de acero con acero,

Has de entrar con un grito, y tu sombrero

Arrojar a los ojos del contrario.

JUANCO

Amigo Reparado, ahora repara

En aquel Usiría. Por su porte

Es el Marqués que el Cielo nos depara

Para hacernos señores en la Corte.

REPARADO

¡Excelencia!

EL ABATE

¡Señores bigardones!

¿Habéis sacado el filo al espadón?

JUANCO

¡Poco filo le sacan dos doblones,

Excelencia!

EL ABATE

¡Señores valentones!

¿Son mejores dos piedras de eslabón?

REPARADO

Sin que medie por nada la codicia

Somos vuestros mastines, Excelencia.

Un mayordomo nos llevó noticia

Al mesón de Canencia,

Y por vos nos habló de hacer justicia

En un pleito que es caso de conciencia.

JUANCO

¡Vuestra causa da lustre a la tajante,

Gran señor!

REPARADO

Yo reniego de la pausa

Que tiene a la tajante en el tirante,

Sin lucir en defensa de la causa

De mi dueño el Marqués.

EL ABATE

Sigue adelante.

SALE Colombina

Con su carcajada.

¡Trino en la ladina

Boca repintada!

JUANCO

¿De qué ríe la moza descocada?

COLOMBINA

De vosotros me río, bellacones.

JUANCO

Tu risa está pidiendo unas razones

Del hierro de mi espada.

COLOMBINA

No me asusta el furor detu recazo.

REPARADO

Bajo el corpiño llevarás loriga.

COLOMBINA

¡Arre allá, que te pinto un arañazo!

REPARADO

¿Eres gata doncella?

COLOMBINA

¡Soy la higa!

¿Y tú quién eres, que preguntas tanto?

¿Eres inquisidor?

REPARADO

¿Pues mirándote estoy?... ¡De no ser santo,

He de ser pecador!

COLOMBINA

¡Cátanos al final de la refriega

Como dos caracoles

Que al escampo de lluvia veraniega

Hacen juntos merienda en unas coles.

REPARADO

Déjame ver tus uñas sonrosadas,

Pues con ellas querías darme muerte.

COLOMBINA

Son de acero tan fuerte,

Como lo da Toledo a sus espadas.

HACE mutis por el jardín,

Renegando de aquella gente,

El Abate. Naturalmente,

Que si reniega, es en latín.

COLOMBINA

No huyáis, Doctor Pandolfo, con tal prisa.

JUANCO

¡Un Marqués que es doctor! ¡Rara alimaña!

COLOMBINA

Es un abate que no dice misa.

JUANCO

¿No es un Marqués a quien su dama engaña?

COLOMBINA

Que su dama le engañe es cosa cierta,

Pues latiniza en sabio y es caduco.

REPARADO

La pezuña del diablo no concierta,

Para una farsa, más villano truco.

JUANCO

¡Ese viejo bellaco me ha burlado,

Y por Dios que se acuerde de la mofa!

COLOMBINA

Si no te quieres ver descomulgado,

No has de osar contra gente de esa estofa.

OCULTA en la fronda

Canta una fontana,

Y un mármol de Diana

Se baña en la onda.

REPARADO

Ante la ninfa, que desnuda y bella

Se mira en el espejo de la fuente,

Una duda me viene de repente,

De la deidad representada en ella.

JUANCO

La cita es en la Fuente de Talía.

COLOMBINA

Pues aquesta la nombran de Diana.

REPARADO

Tendremos que cursar Mitología

En Salamanca, y que volver mañana.

COLOMBINA

Yo os llevaré a la Fuente de la Musa,

Que otros dicen también Fuente Castalia.

En un florido seto está reclusa,

Su mármol lo labraron en Italia.

Venid conmigo.

REPARADO

¿No me das la mano?

COLOMBINA

¡Ni que hubiera tomado agua bendita!

REPARADO

¡Cruel condición!

COLOMBINA

¡Dios le socorra, hermano!

Y cuide no llegar tarde a la cita.

JUANCO

No hagas ruborizar a la madama

Y mira de soslayo a la espesura.

REPARADO

¿Un embozado?

JUANCO

Sí, como una flama

La roja capa envuelve su figura.

No quisiera engañarme nuevamente,

Mas bien pudiera ser ese embozado

El comediante.

REPARADO

¡Airoso continente!

JUANCO

¡Y hoja de siete palmos al costado!

COLOMBINA

¡Vamos!

REPARADO

Espera.

COLOMBINA

¿Os ha tomado un aire?

REPARADO

El aire que me arrastra y que domeña

Mi voluntad, no es aire, que es donaire,

Pues que lo mueves con tu falda, dueña.

Pero dime, ¿quién es el embozado?...

COLOMBINA

¡Ay!

JUANCO

¿Suspiras?

COLOMBINA

¡El aire, señor mío,

Que mueve aquella capa es aire helado

Que igual mata de pena que de frío!

REPARADO

¿Conoces al galán?

JUANCO

¿Es comediante?

REPARADO

¿Se apellida Arlequín?

JUANCO

¿Viene de Francia?

REPARADO

¿Vió la luz en Italia?

JUANCO

¿Anduvo errante?

REPARADO

¿Una hermosura de laCorte escancia

El amor en su copa?

COLOMBINA

¡Mas quién pudo!...

Dejad que me santigüe y que me asombre

Al ver que conocéis tan por menudo

Todas las circunstancias de ese hombre.

JUANCO

¡Es nuestro comediante, Reparado!

REPARADO

¡Es él! Pero conviene con juicio

Aconsejarle.

JUANCO

¿Y si responde airado?

REPARADO

Nuestras espadas cumplirán su oficio.

COLOMBINA

¡Qué están tramando, Cielos! ¡Mis veladas

He de pasar cosiendo la ropilla

Del perjuro! ¡Que rasguen las espadas

Lo que yo remendé de la polilla!

LOS dos matantes se hablan de quedo,

Y están sus ojos agitanados

Tras el embozo poniendo miedo,

Como dos canes encarnizados.

Y se adelantan. El gesto jaque,

La mano firme sobre la cruz

De la tajante. Tiene su empaque

Algo italiano y algo andaluz.

Evoca glorias de la almadraba

La picardía de su ceceo,

Y el rostro zaino que se socava ...

Bajo la sombra que da el chapeo.

Medias azules con grandes lazos,

Viejos coletos llenos de heridas,

En el virote de los recazos,

Las luenguas capas mal recogidas.

Y el aceitoso tufo, en asomo

Sobre las cejas amontonadas,

Y atravesados los ojos, como

Los gavilanes de las espadas.

Son los que riñen en las esquinas

Y la tajante cambian de mano,

Los que embelecan con bernardinas,

Maestros en todo floreo villano.

Están celosas por culpa d'ellos

Mari Sarmiento la Despenada

Y la Galindo, que anda en cabellos

Con la mejilla siempre arañada.

Han recibido trato de azotes

De Pero el Diente y Antón Soguilla.

A los verdugos les ponen motes

Que luego sacan en jacarilla.

Y por mesones y por posadas

Marcan el naipe del sacanete,

Sus uñas gafas y caireladas

Como las uñas de Rinconete.

JUANCO

Hemos de hablaros en secreto,

Maese Arlequín.

ARLEQUIN

Como una celda, así es discreto

Este paraje del jardín.

JUANCO

Yo soy Juanco el de la Chacona,

Este hidalgo es Reparado:

Nuestro valor harto se abona

Con ser feriado.

REPARADO

Somos los mastines de presa

De un Marqués,

Y sabemos que la Marquesa

Dió, por miraros, un traspiés.

ARLEQUIN

¡Oh! Perdonad, señores míos,

Si por azar

Turba un pájaro con sus píos

Vuestro elegante razonar.

Seguid.

JUANCO

No somos usirías

De tacón rojo y peluquín,

Y así excusad las cortesías,

Maese Arlequín.

ARLEQUIN

Pero sois embajadore

De tal señor y tal jaez,

Que al tributaros mis honores

Cobro prez.

REPARADO

Nuestro pleito tiene dos caras.

ARLEQUIN

¡Hermes y Jano!

REPARADO

No digáis palabras raras.

ARLEQUIN

¡Oh, alegre recuerdo pagano!

REPARADO

Será primero el circunloquio

Y las razones mesuradas.

ARLEQUIN

¿Y luego?

REPARADO

¡El terrible coloquio

De las espadas.

ARLEQUIN

Ya me habéis dejado perlático,

El alma bailando en un hilo.

No es el estilo diplomático

Vuestro estilo.

JUANCO

Pues salvemos de un brinco el paso

De mal andar.

A la Madama, seor payaso,

Los ojos no habéis de guiñar.

ARLEQUIN

¿Quién define lo que es un guiño?

JUANCO

Mis cuchilladas.

ARLEQUIN

Hace Amor sus alas de nïño

Con las chispas de las espadas.

En el hondónque da el escudo,

En el revés de los broqueles,

Duerme desnudo

Y coronado de laureles.

REPARADO

Dejad los discursos polidos

Para la rueda de las damas,

Y la música de los nidos

Sobre las ramas.

Bien en el carro de la muerte,

Bien en el vuestro, de Aran juez

Saldréis mañana.

JUANCO

¡Se os advierte

Sólo una vez!

ARLEQUIN saluda burlando,

Con una pirueta grotesca.

Colombina funambulesca,

Aparece manoteando.

Hace un vuelo por el jardín

Con un ritmo de marioneta,

Que recuerda la comedieta

Del retablo de Fagotín.

COLOMBINA

¡Huelen a sangre esos leones!

ARLEQUIN

¡Exageras!

COLOMBINA

¡No me deja hacer ilusiones

El rugido de tales fieras!

¡Ay! ¡Soñaba que a mis cuidados

Volverías con la vejez,

La vejez y los resfriados

De estos jardines de Aranjuez!

Respira fuerte y olerás

Sangre de oveja.

ARLEQUIN

Huelo las rosas nada más,

Señora corneja.

COLOMBINA

¡Soñaba tenerte en mi casa,

Colgada la capa de un clavo,

Pelechando al pie de la brasa,

Con charamuscas en el rabo.

¡Soñé sacarte en un felpudo

Al buen sol, del perro y del viejo!

ARLEQUIN

¿Soñar, Colombina! ¿Quién pudo

Llegar al fondo de un espejo?

COLOMBINA

¡Toda la vida guardaré

El recuerdo de nuestra historia!

¡Toda la vida te amaré!

ARLEQUIN

Mucho fías a la memoria.

COLOMBINA

¡Sin tu amor no tendré ventura!

ARLEQUIN

Siempre el amor parece eterno,

Y siempre encuentra sepultura

Bajo las nieves de un Invierno.

COLOMBINA

¡En una arca apolillada,

Entre pinga jos de la abuela,

Olía una rosa disecada!

ARLEQUIN

¡Mal un recuerdo nos consuela!

Has de pensar, sin fantasía,

Que al mirarnos en el espejo

Son una cana y son un día

Las memorias del tiempo viejo.

¡Rosas de Mayo deshojadas

En los senderos del jardín!

¡Hojas de Otoño bien doradas!

¡Vidas que van hacia su fin!

¡Nidos de antaño, en el alar

Donde hubo cantos una vez!

¡Ay, un recuerdo es el telar

Donde tejemos la vejez!

Y el suspirar de los amantes

Deshojando una margarita,

Con los ojos de rumiantes,

En el misterio de la cita,

Un bostezo será después...

¡Porque todo es uno y lo mismo!

Y si se vuelve del revés

Una montaña es un abismo.

COLOMBINA

¡Qué ingratitud la de los hombres!

ARLEQUIN

¡Oh! ¡Terrible!

¡Colombina, no me los nombres!

¡Yo soy el único sensible!

COLOMBINA

¿Qué fué de aquel encumbramiento

Que tu ambición te prometía,

Y la flor deshojada al viento

El primer día?

¡No ha de llorarte esa Marquesa

Como yo!

ARLEQUIN

No hagas comentarios,

La moral de la vida es esa:

¡Una armonía de contrarios!

COLOMBINA

¡Aunque llore con mucha gana,

Ni igualará mi diapasón!

ARLEQUIN

Te manchas las uñas de grana

Al jugar con mi corazón.

¡Colombina, déjame ahora!...

Con una rosa de laurel

Quiero enviarle a esa señora

Mi despedida en un rondel.

COLOMBINA

¿Piensas acaso en alejarte?

ARLEQUIN

¡La ley me dictan dos leones!

COLOMBINA

¡Arlequín, cómo voy a amarte!

ARLEQUIN

¡Necesito unas vacaciones!

COLOMBINA

El amor casero no mata,

Es como un vino cordial.

Elamor a salto de mata

Es el fatal.

Pero tendrás tus vacaciones

De no amar,

Hasta que nuestros corazones

Preludien el mismo cantar.

Corre Colombina

Menudo, menudo...

Se vuelve, se indina,

Y manda un saludo.

Va por el sendero

Como un pajarillo

Preso en un ligero

Compás de organillo.

¿Qué mano un pañuelo

Mueve en el follaje?

¡Alado señuelo

De nieve y encaje!

ARLEQUIN

¡Oh, pañolico blanco entre la blanca mano!

¡Oh, paloma de augurio feliz, para un romano!

Mi corazón, que al aire de tu vuelo se mece,

Un nido, y una rama, y un palacio te ofrece.

AQUI un rodrigón

Sale. Al comediante

Llega. Le habla con

Sigilo, un instante.

RODRIGON

Excelencia, una noble dama, que se reboza,

Os ruega que al estribo lleguéis de su carroza.

ARLEQUIN

Señora, levantad una punta del velo,

Aunque haya de cegarme el sol de vuestro cielo.

ROSALINDA

Bien quisiera encubrir las huellas de mi pena.

He llorado esta tarde como una Magdalena,

Y empañaron las lágrimas el brillo de mis ojos

Que agonizan, sepultos en dos círculos rojos.

Apenas puedo entreabrirlos con la jaqueca,

Y me he puesto en las sienes dos parches de manteca.

LA Madama se alza el velo,

La cara desenmascara,

Y muestra a la luz del cielo

El cielo que hay en su cara.

ARLEQUIN

¡Rosalinda!

ROSALINDA

¡Qué grito tan extraño!

ARLEQUIN

¡Señora!

ROSALINDA

Parece que me habéis reconocido ahora.

ARLEQUIN

Asombro fué, mi bella, al ver tu palidez

Amante, y la divina claridad de tu tez.

¡Oh, Marquesa celeste, a un tiempo estrella y flor,

Que de la Luna en Sirio tienes el resplandor!

Vuelve a hacer musicales las fuentes y las brisas

Con el teclado armónico de tus divinas risas,

Que enseñan la primera lección de sus escalas

Al ruiseñor, cuando abre en el nido las alas.

Y tu mano lunaria, el esquife de plata

De mi ensueño, conduzca a oír la serenata

De las liras, enfermas de aquel celeste mal,

Que el narigudo Ovidio llamó mal autumnal.

ROSALINDA

¡Galano discreteo! Mas oye atentamente:

¿Cuántos años cumpliste?

ARLEQUIN

Los que dice la gente

La edad de un comediante, Marquesa, no persigas.

Yo, como soy tu amante, tendré la que tú digas.

ROSALINDA

No juzgues mi curiosa pregunta inoportuna.

Te adoro, y por los dedos quería sacar una

Cuenta. Saber el tiempo que aún seguirá clavada

En nuestros corazones la saeta dorada.

Porque llegó el momento de decirnos adiós,

O de pedirle al carro dosel para los dos.

Tu vida está en un hilo, y como soy sensible,

No hago más que llorar. ¡Me estoy poniendo horrible!

¿Arlequín, en qué piensas?

ARLEQUIN

Pienso en tus pobres huesos,

En los tumbos del carro por los caminos esos,

En el rodar constante de una aldea a otra aldea,

Peregrinos que nunca llegamos a Judea.

ROSALINDA

Pues así no podemosseguir. A mi marido

Le entró un furor sangriento que nunca había tenido.

¡No sé qué mal de ojo le hicieron en España!

¡Es Castilla que aceda las uvas del Champaña!

¡Son los Autos de Fe que hace la Inquisición!

¡Y las comedias de don Pedro Calderón!

ARLEQUIN

Yo mejor lo atribuyo al cambio de manjares:

¡La sobreasada de las Islas Baleares!

¡El marisco gallego, que es de tanto deleite!

¡Y ese queso manchego tan metido en aceite,

¡Y el de Burgos! ¡Y aquel vino rancio y espeso

Que reclama la boca tras de morder el queso!

¡Y el jamón y los embutidos de los charros!

¡Salamanca con sus doctores y sus guarros!

¡Y Córdoba y Navarra! ¡Y Lugo y Candelario!

¡Y el pimentón, que en Francia es algo extraordinario!

¡Y el sol!

ROSALINDA

¿El sol?

ARLEQUIN

El viejo que canta entre las viñas,

Que grana los racimos y el amor de las niñas;

Que hace muecas burlonas a candiles y alcuzas,

En donde su latín aprenden las lechuzas;

Que saluda a los vientos con doradas bocinas,

Buceadas en el fondo de las azules minas;

Que despierta a la mosca y a la cigarra alegra,

Y es como un trampolín para la pulga negra;

Que presta sus bordones al tábano en la fuente,

Y el arco de la luna pone al toro en la frente;

Que guía las estrellas por el azul del cielo

Y nuestro pensamiento por debajo del pelo.

¡El sol, el sol ha sido!

ROSALINDA

¡Acaso...! Porque el sol

También se anuncia en la frente del caracol.

ARLEQUIN

Pues que se pone rojo tu marido, soplando

En el cuerno de guerra, como un nuevo Rolando,

Dispondré la carreta.

ROSALINDA

¡Te has convencido al fin!

ARLEQUIN

¡Huyamos, Rosalinda!

ROSALINDA

¡Huyamos, Arlequín!

A las nueve en la reja esta noche.

ARLEQUIN

Señora,

Pues nos vigilan, hemos de ser cautos ahora.

Suspendamos la cita y guardemos sigilo.

ROSALINDA

¡Sin verte me tendrás con el alma en un hilo!

ARLEQUIN

Dos puñales acechan en la sombra.

ROSALINDA

¡Ay de mí!

Los de dos valentones que en este sitio ví.

ARLEQUIN

¿También esos bellacos te intimidaron?

ROSALINDA

¡No!

¿Pero a ti? ¿Qué ha pasado? ¿Estás herido?

ARLEQUIN

Yo

Llevó al cinto una espada, y estoy acostumbrado

A matar al amigo Pierrot, sobre el tablado.

ROSALINDA

¡Cualquier desgracia tuya me enfermaría de pena!

¡Adiós! Voy a las Madres, donde hago una novena.

ARLEQUIN

¿Suspiras?

ROSALINDA

Un recuerdo que el convento me envía.

Allí se queda una parte del alma mía.

Allí riega geráneos y rosales mi Estrella.

ARLEQUIN

¡Nunca te hice el cumplido de que tu hija es muy bella!

ROSALINDA

¡Apenas una niña! ¡Ay! No la podrán ver

Los ojos de su madre convertida en mujer.

ARLEQUIN

Parece una muñeca que llevase su Dueña,

Regalode los Magos a una reina pequeña.

Y al galán que la bese, le ocurrirá dudar

Si ha de tomarla en brazos o se ha de arrodillar.

Marquesa Rosalinda, un rayo de juicio

Me alumbra. Yo no acepto tu hermoso sacrificio.

¡Te debes a tu hija!

ROSALINDA

¡Calla, por compasión!

Mi hija va conmigo.

ARLEQUIN

¡Hola!

ROSALINDA

¡En el corazón!

Cecea a mis criados. Con tus palabras locas

El deseo me vino de ver volar sus tocas

En aquel locutorio de las Descalzas. Antes

A tu custodia quiero entregar mis diamantes,

Mis áureas filigranas, mis zarcillos menudos

Y mis claros joyeles y un puñado de escudos.

¡Adiós, señor mi dueño!

ARLEQUIN

¡Adiós, alondra de oro!

¡Que el mundo del ensueño me abres como un tesoro!

¡Adiós, dama encantada por los encantadores!

¡Señora de las rosas! ¡Dueña de ruiseñores!

EROS lanza una flecha de su arco,

Tras los griegos laureles del jardín,

Y va volando por el cielo zarco

A clavarse en el pecho de Arlequín.

El comediante ensaya una sonrisa,

La momo al pecho traspasado llega,

Y del pecho volar siente una brisa

¡El espíritu es aire en lengua griega!

Tornan en tal sazón los dos valientes,

Arrastrando las capas con desdeño,

La mano en los estoques, insolentes

Los ojos, bajo el ancho castoreño.

REPARADO

Aquí estamos nosotros, seor Payaso,

Pues jura la señora Colombina...

ARLEQUIN

Sus mercedes no deben hacer caso

De cuentos de madamas. La ruina

De Adán fué la serpiente tentadora.

REPARADO

Dejad esas canciones. La madama,

Que a fuer de estar celosa, pena y llora

Encendida por vos en una llama,

Nos dijo perseguís la audaz empresa...

JUANCO

¡Que os hemos de estorbar a cuchilladas!

REPARADO

De raptar una noche a la Marquesa.

ARLEQUIN

¿En cuánto os han feriado las espadas?

REPARADO

¡Mi espada no se vende!

JUANCO

¡Ni la mía!

ARLEQUIN

Entonces los puñales.

JUANCO

¡Seor Farsante!

¿Qué pretende argüirnos tu osadía?

ARLEQUIN

Que pujo más.

JUANCO

¡Se pesa mi tajante,

En oro!

ARLEQUIN

Yo la peso en tres escudos.

JUANCO

¡Villana paga!

ARLEQUIN

En cinco cierro el trato.

JUANCO

¿Tú qué dices?

REPARADO

¡Los tiempos son tan rudos!

¡Y el oficio se ha puesto tan barato!

JUANCO

Llegad hasta los seis en vuestra tara.

ARLEQUIN

Llego a los seis, que en junto suman doce,

Por que mi bolsa no tachéis de avara.

REPARADO

¡En todo tu grandeza se conoce!

ARLEQUIN

Aquí están, seores Tufos, los dineros,

Mas para darle validez al pacto,

Me dejaréis en prenda los aceros,

Hablando a lo jurídico: Ipso facto.

REPARADO

¿Dudáis de nuestro honor?

ARLEQUIN

¡Tengo esa pena!

REPARADO

¡Pues lo decís tan claro, no me enoja!

Tomad mi espada. Hallándome en Ravena,

Hace diez años, le salté la hoja

En un lance famoso, desusado.

¡Eran seis contra mí! La calle angosta,

La noche entrada, un bergantín fletado,

Para huir con mi dama,ante la costa.

SACÓ de la vaina con majo desgaire

Un palmo de hierro comido de orín:

Calóse el chapeo, acuchilló el aire,

Y el hierro, en las manos, puso de Arlequín.

ARLEQUIN

Sabed que el mar secó viendo el suceso.

Con mi carreta atravesé más tarde

La tierra de Ravena, y os confieso

Que no hay gota de mar.

REPARADO

¡Huyó el cobarde!

JUANCO

Mi tizona no sale de la vaina.

Sangrienta herrumbre con ella la aprisiona

Desde una noche que reñí en Lovaina,

Y envainé goteante la tizona.

ARLEQUIN

Tened vuestros escudos.

REPARADO

Excelencia,

Tu gloria canta el sol en su reflejo.

JUANCO

¡Gran merendona en casa de Canencia

Hemos de hacer!

ARLEQUIN

¿Quién compra hierro viejo?

GUIÑANDO los ojos se aleja Arlequín,

Alza las espadas con gesto burlón,

Y entre el recortado mirto del jardín,

Pasa elegremente dando su pregón

Sale Colombina con menudo trote,

Y Polichinela grotesco saltante.

El rodete d'ella baila en el cogote,

Y él en la joroba toca el redoblante.

COLOMBINA

¡Arlequín!

POLICHINELA

Se ha vuelto sordo de remate.

COLOMBINA

¡Yo haré que me oiga!

POLICHINELA

¡Calla, tarabilla!

COLOMBINA

¡Si no me sujetas, hago un disparate!

POLICHINELA

¿Quieres que te afloje también la cotilla?

Déjale que huya y hablemos al caso.

COLOMBINA

¡Ay, Polichinela, estoy decidida

A darme la muerte!

POLICHINELA

Lo juzgo un mal paso

Porque no se vuelve después a la vida.

COLOMBINA

¡Ay, Polichinela, la vida es amarga!

POLICHINELA

Para sus ajenjos, tómate un bolado.

COLOMBINA

¡Ay, Polichinela, me rinde esta carga!

POLICHINELA

No me hables de cargas que soy jorobado.

COLOMBINA

¡Ay, Polichinela, tú no sabrás nunca,

Porque tú no tienes talle de galán,

Lo que son amores que el destino trunca,

Lo que son suspiros que en el viento van!

¡Ay, Polichinela, no pesarán tanto

Tus jorobas como mi pena celosa!

¡Como cada gota que vierto de llanto!

POLICHINELA

¡Mis jorobas pesan igual que una losa!

ABRIENDO los brazos

Corre una menina,

Revuelan sus lazos

Al viento, en volina.

DOROTEA

¡Socorro! ¡Socorro!

POLICHINELA

¿Quién dará esas voces?

COLOMBINA

Bajo los ramajes corre desalada

Una camarista.

DOROTEA

¡Acudid veloces!

¡Favor! ¡Que a una dama se llevan robada!

¡Su tornado hacía de rezar las Cruces!

¡Cércanle la silla cien enmascarados!

¡Cuáles llevan picas, cuáles arcabuces!

¡Y todos de negro los rostros tiznados!

POLICHINELA

¿Quién es la robada?

DOROTEA

¡La señora mía!

¡De un pecho celoso ha sido venganza!

¡Corchetes no acuden porque los tenía

Hablado el marido, que goza privanza!

COLOMBINA

¡Ya sé quién es ella! ¡No más digas, moza!

¡Viérala a los lomos de un rucio aceitero,

Con la caperuza y con la coroza,

Entre los pregones que hace el pregonero!

DOROTEA

¡No tome un soponcio, señora Farsanta!

¡Señora Farsanta, no se nos desboque,

Si la pica rásquese, no eche tanta planta,

Que de las mejillas se le va el revoque.

POLICHINELA

¡Calla, Colombina!

COLOMBINA

¡Noquiero callarme!

Pues a la madama llevan a las lumbres,

Bailar las folías no habrán de estorbarme.

¡Al diablo la causa de mi pesadumbre!

POR el jardín,

Bajo la fronda,

Cruza una ronda

Con Arlequín.

POLICHINELA

¡Arlequín! ¿A dónde tan alguacilado?

ARLEQUIN

Pienso que a la cárcel del Corregimiento.

COLOMBINA

¿Cuál es tu delito? ¿De qué eres culpado?

ARLEQUIN

¡Tal vez de hechicero!

COLOMBINA

¡Te darán tormento!

ARLEQUIN

Por un bebedizo de yerbas donceles,

Cuentan que una bella me dió sus anillos,

Aureas filigranas, labrados joyeles,

Claras pedrerías, galanes cintillos.

COLOMBINA

¿Y su amor no dicen?

ARLEQUIN

¡Calla, dulce prenda!

COLOMBINA

¡Infame!

ARLEQUIN

No llores, que no lo merezco.

COLOMBINA

¡En tratos diablescos!

ARLEQUIN

Es una leyenda.

¡Adiós, Colombina!

COLOMBINA

¡Cuánto te aborrezco!

ARLEQUIN

Depón, Colombina, tus furias celosas,

Que hago mi pirueta por última vez,

A los blancos cisnes, a las rojas rosas.

Y a los ruiseñores arpas de Aranjuez.

LA LUNA, enmascarada en el celaje,

Saca un ojo, mirando al comediante,

Como la dueña que seduce al paje

Y deja ver un cuarto de semblante.

JORNADA

TERCERA

DECORACION

SOBRE UNA RAMA DE SUTIL DISEÑO

QUE, MIRADA AL TRASLUZ, ES UN ENCAJE,

ABRE EL PAVO REAL, CARA AL ENSUEÑO,

EL JOYEL ORIENTAL DE SU PLUMAJE.

PASA UN RAYO DE SOL EL LABERINTO,

TORNA SANGRIENTO EL MARMOL DE UNA DIO-

SA, Y A UN LAGARTO HIPNOTIZA SOBRE EL PLINTO

MANCHADO A TRECHOS DE HUMEDAD VERDOSA.

CORTAN RAMOS DE ROSAS TRES MENINAS,

HABLANDOSE A LO LARGO DE UN SENDERO:

EN SU RISA Y EN SUS VOCES CANTARINAS

HAY ALGO DE GORRION O DE JILGUERO.

LA FRONDA TIEMBLA CON RUMOR DE RASO,

Y CALCA UN NEGRO Y MOVEDIZO ENCAJE

SOBRE LA PINCELADA DEL OCASO,

EN EL FONDO DORADO DE UN CELAJE.

JORNADA TERCERA

ORO Y AZUL, LA TARDE SE AMORTIGUA POR EL JARDIN. EN SU RECOGIMIENTO, A VECES PASA UNA SONATA AMBIGUA DE AVENTURA GALANTE Y DE CONVENTO.

SILVIA

Repara, Dorotea, el personaje

Que cruza por el fondo del jardín.

¿No recuerdan la capa y el plumaje

Al señor Arlequín?

DOROTEA

¡Sus plumas son, su talle, su apostura!

LA DUEÑA

¿Pues no estaba en prisión por hechicero?

DOROTEA

¡El diablo debe ser en su figura,

O le dejó escapar el carcelero!

LA DUEÑA

A fuer de mago, con sus artes pudo

Salir por un resquicio del postigo.

DOROTEA

De todas suertes, lo añascó el cornudo,

Que chifla, si se aprieta en el ombligo.

LA DUEÑA

¡Reniego, mi Jesús, de tal ralea!

¡Bien se estaba el tiñoso en Cantillana!

¡Alguna burlería caciquea

El viejo chivo de la barba cana!

¡El Señor me le quite de delante,

Que si al paso le topo, tuerzo el paso!...

¡Y aunque luego resulte el comediante,

He de hacerle la cruz, por un si acaso!

SILVIA

Ayer se abrió la cárcel del convento,

En donde la Marquesa suspiraba

Dando quejas al viento,

Que inflándolela falda, se alegraba.

No hay más diablo que Amor. El niño alado

Lanzó su flecha de oro en el azul,

Y con ella clavada en el costado,

Llega al Sitio Real, Don Farandul.

FLOTANTE capa, amplio sombrero,

Un embozado se desliza

Por el jardín, que se estiliza

Al modo de Alberto Durero.

DOROTEA

¿Ha vuelto la Marquesa Rosalinda?

SILVIA

Y en nada a la de antaño se asemeja.

¡Aquella tan lozana, blanca y linda,

Habla gangoso como monja vieja!

DOROTEA

¡Que así un pesar, tanta hermosura rinda!

SILVIA

Un pesar y los fierros de una reja.

DOROTEA

Bastaron pocos días.

LA DUEÑA

Los dolores

Hacen las horas años.

SILVIA

¡Desventurada ha sido en sus amores!

LA DUEÑA

El amor sólo ofrece desengaños.

DOROTEA

Presto mudó el Marqués de pensamiento:

Era la voz que estaba enfurecido

Y dispuesto a tenerla en el convento

Toda la vida.

SILVIA

¡Qué ogro de marido!

LA DUEÑA

¡Dios os conceda esposo cristiano,

No un turco de Turquía,

Y ponga en vuestra mano

Tiento para elegir, llegado el día!

DOROTEA

Pues no mostró el Marqués tan mala entraña,

Al abrirle la cárcel del convento.

LA DUEÑA

No le alabes la hazaña,

Que ha sido trato para el casamiento

De mi ama Doña Estrella. ¡Ese es el cuento!

Pidió por la Marquesa, muy rogado,

La consuegra, señora de gran nota

Que tiene media España en un condado.

Negó el Marqués, la boda estuvo rota,

Mas la Doña Amaranta y un mitrado

Al cántaro pusieron un lañado.

SILVIA

¿Cuándo has visto en tus días

Hacer casorio honesto una doncella

Y a la madre tener en celosías?

DOROTEA

¡Ella pecó!

SILVIA

Pecó porque era bella,

Y todas pecan con la culpa de ella.

SALEN el Paje y Doña Estrella,

Dos figuras de minué:

Él va a besar la mano d'ella

Y ella finge que no lo ve.

EL PAJE

Permite que en la albura de tu mano

Se refresque mi boca toda lumbre.

Mi boca, Doña Estrella, es el verano,

Y tu mano es la nieve de la cumbre.

DOÑA ESTRELLA

No debiera escuchar vuestra querella...

LA DUEÑA

Catad vosotras, qué pareja linda

Hacen juntos Don Dorio y Doña

Estrella,

La hija de mi señora Rosalinda.

DOÑA ESTRELLA

¡Basta! ¡Basta! Mi mano no es arroyo,

Y tu sed no repara

Que en el dorso me vas a hacer un hoyo,

Como tiene en su peana Santa Clara.

EL PAJE

Has de considerar que estoy sediento,

Que mi boca es verano.

DOÑA ESTRELLA

Ya tengo hoyo en la mano

Como la Santa Clara del convento

En la peana.

EL PAJE

Ven. Pondré en la mella

Un pétalo de lirio, todo albura.

Cuando se salta el pico de una estrella.

En el Cielo no le hacen otra cura.

¡AY!... ¡Se pierden en el boscaje

Fatal a Leda y a Diana!

¡Chispeanlos ojos del Paje!

¡Rodó en la yerba una manzana!...

DOROTEA

¡El Paje es entendido en cirugía!

LA DUEÑA

Dorotea, no seas maliciosa,

Que si te oye reír el alma mía,

Su nieve ha de trocarse en una rosa.

SILVIA

No los asustes. Son dos tortolines

Que se besan los picos,

Bajo los abanicos

Verdes, de los jardines.

DOROTEA

Si ella se rompe un ala

Nadie se la compone.

¡Hay roturas fatales!

LA DUEÑA

No seas mala,

Dorotea, que es Dios quien lo dispone.

MENINAS y Dueña hacen un visaje,

Que han visto la roja capa de Arlequín.

Y Arlequín, al viento dando su plumaje,

Saluda y sonríe dueño del jardín.

ARLEQUIN

¡Señoras azafatas! ¡Señora Dueña!

LA DUEÑA

¡Vuelve, Diablo, al Infierno! ¡Dios nos ayude!

¡Pestilencia es tu aliento! ¡Fuego tu greña!

¡San Cipriano bendito que te salude!

¡Eres aquel Demonio de los cortejos

Que ha tentado a una noble dama en Maguncia!

¡Te hago la cruz tres veces, y en mis artejos

Beso el signo, Demonio, que te abrenuncia!

DOROTEA

¡No entrarás en mi cuerpo, rey coronado

Con corona de cuernos, pues te reniega

El diente de lagarto que me ha donado

Una prima que en Burgos tengo de lega!

Y sin dejar de hacer las cruces

Se alejan con rápido pie,

Como beatas entre luces

Que tornan del Auto de Fe.

Pero hay una que queda allí,

La risa cantando en la boca.

Arlequín la contempla, y

Pirueteando, se destoca.

ARLEQUIN

¿Dónde me veis el rabo, señoras mías,

Ni la pata partida como la cabra?

¿Tú no me haces conjuro?

SILVIA

Son brujerías

De las cuales no creo ni una palabra.

Esas os imaginan diablescos pactos

Por quebrantar la cárcel, yo una ganzúa.

Y no he de hacer conjuros a vuestros actos

Ni a vuestra capa roja que va de rúa.

Pero si a daros cobro salen corchetes,

Madama Rosalinda tendrá un insulto,

Y habrá que libertarla de los herretes

Del corpiño, luciendo lo que hay oculto.

Bien haréis en guardaros, seor comediante,

Pues sobre la invisible crin de los vientos,

Cabalga vuestro nombre, tintineante

Con sonajes de cruces y de aspavientos.

ARLEQUIN

Desde ayer ando errante bajo la ronda,

Y a salir me aventuro sólo entre luces,

Burlando la escudriña que hace la ronda

Cuando se vuelven pardos los micifuces.

Falto estoy de esperanza como de brío,

De dormir en la yerba tengo un lumbago,

Y con el aire fresco que manda el río,

De un reumatismo antiguo siento el halago.

Pero al ver que aquí estaba la quintañona

Dueña de Rosalinda, que fué tercera,

Me acerqué por hacerle la cucamona,

Y retornarla al cargo de medianera.

Si tú no me proteges, linda azafata,

Acabaré en galeras, de galeote,

Que mi alcázar de naipes se desbarata

Al hipo de esa vieja de capirote.

Ya has visto suacogida de carantoña

Lanzándome conjuros en rebatiña,

Sacando las medallas, llenas de roña,

Por entre la abertura de la basquiña.

Me acogió como vieja gata con flato,

Que roncando a los canes, eriza el hopo,

Y con las patas juntas, el garabato

De la cola, levanta como un hisopo.

Viéndola hacerse cruces sobre la boca,

Con la mano de sombra, ligera y fatua,

Y remilgarse toda bajo la toca,

Un momento ha quedado como una estatua.

Dile tú a Rosalinda que anhelo verla,

En su divina oreja pon un run run,

En su divina oreja de madreperla,

Cuéntale que por verla no he muerto aún.

SILVIA

Bien quisiera serviros, seor comediante,

Pero está la madama tan en custodia,

Como pudiera estarlo bajo el encante

De Ferragut, gigante de la Isla Rodia.

Bien quisiera serviros, porque soy blanda

De corazón. Mas temo, si se divulga,

Que el Marqués mande darme tal zurribanda,

Que no quede en mi cuerpo viva una pulga.

¡Cielos! ¡Vedle que llega!

ARLEQUIN

Me pongo en salvo

Detrás de los telones de la enramada.

SILVIA

¡Camina pensativo!

ARLEQUIN

De eso está calvo.

SILVIA

Marido que medita, nunca ve nada.

POR un lado del parterre aparece Don Froilán,

Por el otro, como a golpe de batuta en un atril,

Una vieja, toda haciendo susurrar el tafetán

De la falda verdigualda, remedo del torongil.

MISIA ROSA

¿A dónde, mi consuegro.

Va sin ver a las viejas?

¿Qué pensamiento negro

Le ha fruncido las cejas?

EL MARQUES

¿No teméis el relente de la luna,

Misia Rosa Serapia,

Condesa de las Torres de Porcuna,

Señora de la Villa de Morapia?

MISIA ROSA

No estoy tan achacosa,

Mi señor Don Froilán.

EL MARQUES

Ni yo quería

Significar tal cosa.

Sino que siendo a imagen de la rosa,

Vuestro astro es el sol de mediodía.

MISIA ROSA

Caro Marqués, a fuer de ser amable

Me ponéis arreboles en la cara.

Vuestra galantería, imperdonable,

Cómo pasan los años no repara.

EL MARQUES

¿También de enojo os servirá, señora,

Que nuestro encuentro de feliz dipute?

MISIA ROSA

Pero sin compararme con la aurora,

Ni poneros meloso a lo franchute.

Yo al igual lo celebro, que me afana

De tiempo atrás, hablaros con espacio.

¡Y no lo he de dejar para mañana!

EL MARQUES

Mejor será que entremos en Palacio.

MISIA ROSA

¡Gracias! Os quiero hablar al respective

De la boda de nuestros herederos,

Y perdonad, Marqués, este quién vive

Porque no se hace boda sin dineros.

Como alimentos, llevará mi hijo

Las dehesas de Alcázar y Porcuna,

Un Palacio en Sevilla, y el cortijo

Que al Conde del Montijo

Le tengo en pleito, en términos de Osuna.

¡Vivirán como Infantes!

EL MARQUES

Si se gana

El pleito.

MISIA ROSA

¡Pues pudiera no ganarse!

EL MARQUES

En la Cancillería sevillana,

La espada de la Ley suele mellarse.

MISIA ROSA

Si ocurreel accidente de la mella,

Ya se discutirá lo conveniente.

Ahora nos urge hablar de lo presente,

Y es la dote que dais a Doña Estrella.

EL MARQUES

¡ Su madre, en carabelas argentinas,

Le hace legado de preciadas randas

De Venecia, de Almagro, de Malinas!

¡Le hacen sus dos abuelas otras mandas!

¡Los ñandutis del Paraguay, tejidos

Por las indias esclavas de un virrey!

¡Los rebozos de México, venidos

De Tabasco en arquillas de carey!

¡Diamantes de la India portuguesa,

Labrada sedería de Valencia,

Filigranas de plata cordobesa,

Los picados velludos de Florencia!

MISIA ROSA

¿Olvidáis vuestras arras?

EL MARQUES

Es asunto

Que no merece hablarlo. Está zanjado.

Pues de morir me encuentro tan a punto,

¡Ay, las penas me tienen acabado!

Que espere, y se lo lleve todo junto

En lugar de llevarlo desgranado.

Y os firmaré un papel en donde diga

Escueto y neto: Al dárseme trasunto

De la presente obliga,

En la forma legal, seré difunto.

MISIA ROSA

¡Con ello nos daréis un sentimiento!

Pero habéis de moriros, señor mío,

Antes de celebrarse el casamiento,

Porque de otra manera no me fío,

Y le habré de negar mi asentimiento.

EL MARQUES

¿No echáis de ver que es ello pura broma?

MISIA ROSA

¡Al cabo amigo del señor Voltaire!

EL MARQUES

Todo se ha de arreglar sin ir a Roma,

Y perdonadme ahora, porque asoma,

Como rosa entre rosas, mi mujer.

Y he de llegar siquiera sea un momento,

A besarle la mano,

Que no ha de relajar el Sacramento,

Obligación que tiene el cortesano.

MISIA ROSA

¡Feliz podéis llamaros! Más hermosa

Nunca entró en el jardín la Primavera.

EL MARQUES

No mentís al decirlo, Misia Rosa,

Aunque podáis pecar de lisonjera.

ROSALINDA rompe por la fronda verde,

Toda bella y lánguida, linda rosa Té.

Es de las devotas que ama el pisaverde

Ir en la novena a buscarle el pie.

EL MARQUES

Me detuve al pasar, por haceros mesura.

El relente del río os dará calentura.

MISIA ROSA

¡Marquesa Rosalinda!

ROSALINDA

¡Señora mi consuegra!

No sabéis cómo el veros tan en salud, me alegra.

EL MARQUES

Tenéis la mano ardiente.

ROSALINDA

Pues yo la siento fría.

EL MARQUES

Vuestra salud no es sólo vuestra, señora mía.

En mis labios marchitos sentí de vuestra mano

La calentura, como bochorno de verano.

ROSALINDA

¡Misia Rosa estornuda!

EL MARQUES

¡Jesús!

ROSALINDA

Dóminus tecum!

Un polvo de rapé previene el vademecum.

MISIA ROSA

Marquesa Rosalinda, a retirarme voy,

Y perdonad que os deje.

EL MARQUES

¡Yo he de daros convoy!

MISIA ROSA

¡Quedad con la Marquesa!

ROSALINDA

¡Misia Rosa, os le cedo!

MISIA ROSA

¡No puedo consentir!...

EL MARQUES

¿Me quedo o no me quedo?

Las damas lo diriman, pues estoy a sus pies.

ROSALINDA

Debéis acompañarla.

MISIA ROSA

Dadme el brazo, Marqués.

ROSALINDA

¿Aún nos veremos luego?

MISIA ROSA

No me hagáisun reproche

Si a la Sala de Damas no bajase esta noche.

TODA se remilga, cloquea. Cloqueando,

Se interrumpe para sonarse el rapé,

Besuquea, hace saludos flautando

Y extiende la falda rodándola el pie.

MISIA ROSA

Marqués, volviendo al caso de que hablábamos antes...

EL MARQUES

¡Si nos ve un malicioso nos tendrá por amantes!

MISIA ROSA

¡Don Froilán de mi vida, son dos viejas caretas

Nuestras caras, y triunfan de lenguas indiscretas!

Mas dejando esta broma, torno al pleito de marras

Con el señor consuegro, para saber sus arras,

Yo os dije, sin ambages, lo que lleva mi hijo.

EL MARQUES

Un cortijo por que litiga el del Montijo...

LA DAMA va en la punta de los pies,

Suspendida de un dedo del Marqués.

Surge la sombra bruja de la Dueña.

Sobre un ciprés una lechuza sueña.

LA DUEÑA

¡No olvidéis santiguaros! Este es aquel paraje

Donde el Demonio se ha mostrado en el pelaje

Del señor Arlequín; porque estoy bien segura

De que el Demonio había tomado su figura.

PISANDO el manto

De vellorín,

Huye la Dueña.

¡Salió Arlequín!

LA DUEÑA

¡Santísimo Señor Jesucristo! Del huevo

De la tierra, el tiñoso ha nacido de nuevo.

ARLEQUIN hace la pirueta,

Saludando al modo de Francia,

Y evoca un ritmo de opereta

Con el ritmo de su elegancia.

Y le responde la madama

Con un armonioso mohín

De la boca, donde la llama

De una rosa, puso el jardín.

ARLEQUIN

¡Volver a vernos estaba escrito,

Dama encantada, rosa y estrella,

Que las divinas luces de un mito

Dejas flotando sobre tu huella!

ROSALINDA

¿Osais mostraros en tal paraje

Cuando os acechan para prenderos?

ARLEQUIN

La gaya sombra de mi plumaje

Da los ensueños aventureros.

ROSALINDA

Arrepentida de amaros tanto,

El alma tengo llena de pena.

Tengo los ojos llenos de llanto

Como María la Magdalena.

En el convento regando un día

La malva-rosa de mi ventana,

Sentí la Gracia, que me encendía

Como a la bella Samaritana.

Y entre los hierros de la clausura

Tuve consulta con siete abates,

Arrepentida de mi ternura,

Rosa de todos los disparates.

ARLEQUIN

¡Y quién consulta con los teólogos

Unos amores de gatuperio!

ROSALINDA

¡Si sus discursos y sus apólogos

Me consolaban como un sahumerio!

ARLEQUIN

Abre tus rosas en la floresta,

Las cinco rosas de los sentidos,

Y oye la flauta con que hace fiesta

Pan, en las viñas llenas de nidos.

ROSALINDA

¡Gusté otro tiempo la melodía

De sus carrizos, y hoy siento el ala

De una profunda melancolía,

Si al viento fía su griega escala.

Odio la Corte con sus lisonjas,

Y hecha la boda de Doña Estrella

He de tornarme junto a mis monjas.

¡Qué santa vida la vida aquella!

Sólo suspiro por el convento

Con sus rosales y sus campanas.

¡El coro en blando recogimiento

Y las fugaces misastempranas!

Y las azules y vespertinas

Horas del huerto, lleno de aromas.

¡Cuando revuelan las golondrinas!

¡Cuando se guardan nuestras palomas!

Busco la ingenua paz del sendero

Místico. ¡El aria de sus loores

Sobre una rosa dice un jilguero,

Y hacen la glosa los ruiseñores!

ARLEQUIN

Cuando en tus labios está una fresa,

Cuando en tus ojos el amor canta,

¡No hagas locuras, linda Marquesa,

Que tiempo tienes para ser santa!

Cuando los dientes te hagan un baile,

Cuando la arruga te guiñe el ojo,

Entonces oye cuentos de fraile,

Linda Marquesa de tacón rojo.

Rosados coros de ninfas blondas

Reviven viejos mitos de antaño,

Y Pan acecha bajo las frondas

Cuando entre juegos salen del baño

En el misterio de la arboleda

Canta la flauta greco-romana,

Y el cisne sigue buscando a Leda,

Y el toro sigue buscando a Diana.

ROSALINDA

¡Vuestros discursos de paganía

Me causan pena!

ARLEQUIN

Son un misterio

Los cascabeles de mi alegría,

Como las rosas del cementerio.

¡Bajo la risa de Dyonisos

Pasa un sollozo!

ROSALINDA

¡Pobre Arlequín!

ARLEQUIN

Danzan los faunos sobre los frisos

Griegos. ¡Su ausencia llora el jardín!

ROSALINDA

¡En este instante de nuestras vidas,

Cuando las almas miran con pena

Sus ilusiones desvanecidas,

Secas las rosas de su cadena,

He de obligaros a una promesa!

ARLEQUIN

Dame tus claras manos lunarias,

Y mi promesa tendrá, Marquesa,

El suave aroma de las plegarias.

ROSALINDA

¡Sobre mis manos fueran profanos

Los juramentos!

ARLEQUIN

¡Nunca he sabido

Jurar, no siendo sobre tus manos!

ROSALINDA

¡Oh, qué palabras de descreído!

¡Por vos las cruzo! ¡Juradme en ellas

Salvar la vida!

ARLEQUIN

¡Manos sagradas!

¡Manos dolientes! ¡Manos más bellas

Que lirios! ¡Blancas manos aladas!

¡Cuando de pena voy a morirme,

Cuando marcada tenga la hora,

Qué juramento podéis pedirme,

Dolientes manos de rezadora!

ROSALINDA

¡Jurad!

ARLEQUIN

¡No puedo jurar, señora!

SUENA sepulcral

La voz de Pierrot;

Parece un fagot

En un funeral.

PIERROT

Perdóname, señora, que interrumpa

Tu plática, y con gesto avinagrado

En el jardín irrumpa,

Para vengar mi honor averiado.

¡Arlequín me engañó con Colombina!

ROSALINDA

¡Qué mundo relajado!

ARLEQUIN

¡Calla, necio!

PIERROT

¡Y hoy desprecia a la endina!

ARLEQUIN

¡Y tú no me toleras tal desprecio!

PIERROT

¡Tu desprecio me importa una futesa!

ROSALINDA

¡Dios mío, cuánto lodo!

ARLEQUIN

Es un desván el corazón, Marquesa,

Y arrinconado en él, se halla de todo.

ROSALINDA

¿Pero os vais a matar por ese pique?

PIERROT

¡Lo reclama mi honor!

ARLEQUIN

¡Y mi bravura!

Retírate, señora; no salpique

El cieno tu blancura.

Su venganza es cuestión de numismática.

PIERROT

Traigo para reñir dos espadines.

ARLEQUIN

¿Tú no sabes que existe una pragmática

Que prohibe reñir en los jardines?

ROSALINDA

¡Huyo, porque no quiero

Que me ocurra un percance!

PIERROT

¡Mi honor de caballero

Vamos a ventilar en este lance!

ARLEQUIN

¿Pierrot, por qué mi cólera provocas?

PIERROT

¡Lo reclama el honor!

ARLEQUIN

Una pamplina.

Porque mi mano no ha de vestir tocas

De luto, a la señoraColombina.

PIERROT

¡Me ahogo de risa al verte tan magnánimo!

ARLEQUIN

No es magnanimidad, sino prudencia,

Señor Pierrot. Porque no está en mi ánimo

Casarme por un caso de conciencia.

Y temo que llorando

Me diga sus reproches tu viuda.

¡Pues gana más batallas que Rolando

Una mujer que llora y que no es muda!

PIERROT

¡Ya me tarda reñir!

ARLEQUIN

¡Dios te perdone

Si con tu muerte labras mi ruina,

Y en mal hora me impone

Coyunda, la señora Colombina.

HACEN campo de Agramante.

Saltan rotas las espadas.

Mientras solloza un farsante,

Ríe el otro a carcajadas.

PIERROT

¡Igual que un lirio se quebró tu acero!

ARLEQUIN

¡Señor Pierrot, mi acero es hojalata!

PIERROT

¿No me podrás matar?

ARLEQUIN

Así lo espero,

Que espada de teatro nunca mata.

PIERROT

¡Pues no puedo matarte, ni la muerte

Recibir de tus manos de payaso,

Para filosofar sobre mi suerte,

Me vuelvo a la carreta, paso a paso!

AL irse el farsante sale la madama,

Un poco anhelosa la respiración,

Pueril y divina la boca de llama,

Y un dedo posado sobre el corazón.

ROSALINDA

¡He creído morirme con el susto!

ARLEQUIN

Aún lo denota tu respiración.

¿Dónde estabas?

ROSALINDA

Detrás de aquel arbusto.

¿No sentiste latir mi corazón?

ARLEQUIN

¡El árbol parecía vareado,

Dando sus hojas como lluvia de oro!

ROSALINDA

Pues fué mi corazón quien lo ha empujado.

ARLEQUIN

¡Corazón de mujer, cuánto te adoro!

ROSALINDA

Pensé que si caíais moribundo,

Regando el césped con arroyos rojos,

De faltaros mis manos, en el mundo

Nadie hubiera cerrado vuestros ojos.

ARLEQUIN

¡Ven, Pierrot, a matarme!

ROSALINDA

¡Ya no es hora!

ARLEQUIN

¡Cuánto lo siento!... ¡Cuánto! ¡Cuánto! ¡Cuánto!

ROSALINDA

¡Yo lo siento también!

ARLEQUIN

¡Gracias, señora!

ROSALINDA

¡Es que hubiera por vos rezado tanto!

ARLEQUIN

Aunque el acero de Pierrot no rinda

El aliento vital, en tu convento

Reza por mí, Marquesa Rosalinda.

¡Soy un candil que apaga cualquier viento!

ROSALINDA

¡Adiós! ¡Por siempre adios!

ARLEQUIN

¡Adiós, señora! ¿

ROSALINDA

¡Llegó el terrible instante!

ARLEQUIN

¡Lindo gesto!

¡No vuelve la cabeza! ¡Es que no llora!

¡Y yo tampoco lloro, por supuesto!

POR entre los mirtos viene Colombina,

Los brazos en alto, las uñas de fuera.

En su cara, toda metida en harina,

Los divinos ojos dan luces de fiera.

COLOMBINA

¡Yo te saqué de la mazmorra

Fingiendo amor al carcelero,

Y tú vuelves, como la zorra,

A dar vueltas al gallinero!

¡La cabeza no es una pieza

Que se tenga de quita y pon,

Y aquí te juegas la cabeza

Sin ton ni son!

ARLEQUIN

¿A dónde vas?

COLOMBINA

¡Voy a aquel banco

Para poderme desmayar!

ARLEQUIN

Colombina, si he de ser franco,

Creo que debes esperar.

Un soponcio no tiene objeto

Cuando no hay gente.

¡Porque yo estoy en el secreto!

¡Naturalmente!

VUELVE del desmayo,

Dice su respuesta,

Y herida del rayo

Otra vez se acuesta.

COLOMBINA

Me desmayo porque me peta,

SeorArlequín.

¿O es que prohibe la etiqueta

Los desmayos en el jardín?

ARLEQUIN

Perdona una broma inocente.

¡No seas niña!

Y no arrugues tanto la frente

Ni la basquiña.

¡Baila, hermosa, tu tarantela

En los jardines!

¡Pero no te rompas la suela

De los chapines!

COLOMBINA

¡Cuando a poco me quedo bizca

De hacer guiños al carcelero!

¡Cuando finjo, si me pellizca,

Que no me entero!

¡Así pagas mi sacrificio

Para salvarte del cadalso!

¡Es para perder el juicio!

¡Engañador! ¡Ingrato! ¡Falso!

JOCUNDO, grotesco, saltante,

A parece Polichinela

Dando gritos que se las pela.

¡Jocundo, grotesco, saltante!

POLICHINELA

¡Arlequín, que llega la ronda!

¡Tu salvación está en las piernas!

¿No ves brillar entre la fronda

El resplandor de las linternas?

Para que vuelvas, Arlequín,

A ser el amo del cotarro,

En la penumbra del jardín

Espera el carro.

ARLEQUIN

A la zaga de la galera

Irá el ladrido de los perros.

POLICHINELA

Ya le he quitado la collera

De cencerros.

COLOMBINA

¡Dile adiós al jardín de Armida!

¡Rompe su engaño

Y torna a ser en nuestra vida

Aquel de antaño!

ARLEQUIN

¡Pasaron las locas quimeras

De Farandul!

¡Canto de alondras mañaneras

En el azul!

¡A qué rodar por los caminos

Como antes,

Si no he de ver en los molinos

Los gigantes!

Ahuyentaron los desengaños

Mi alado sueño,

Y los rebaños son rebaños,

Y mi Pegaso, Clavileño.

Dejo colgada mi careta

En una rama de laurel,

Y si me torno a la carreta,

Es porque acaba mi papel.

Ya está sonando la campana

El asistente del telón,

Y he de dejar para mañana

El mostraros mi corazón.

LA luna, enmascarada en el follaje,

Saca un ojo mirando al comediante,

Como la dueña que seduce al paje,

Y deja ver un cuarto de semblante.